sábado, 24 de marzo de 2018

Joan y el paréntesis

La intención de esta entrada, tan separada en el tiempo de la anterior, y que quería dedicar a mi amigo Joan, que se ha incorporado al selecto club de "sesentones" del grupo de colegas y otras hierbas, se ha visto como digo retrasada por un pequeño paréntesis. Una intervención quirúrgica, que hacía tiempo que tenía que someterme, por gracia de mi cirujano vascular se ha producido el pasado 20 de febrero.
Joan y yo
No es que fuese algo grave, un poco complicada sí, y tenía que pasar obligatoriamente por un preoperatorio, la intervención, el postoperatorio y la convalecencia. Hoy, aún sin acabar la convalecencia estoy realmente bien, y dispongo de un trozo de aorta y arterias ilíacas perfectamente nuevas, que vía prótesis han sustituido las que tenía en malas condiciones. El inconveniente final es que la Semana Santa será de convalecencia y me quedaré en casa viendo llover, al paso que vamos.
Pero a lo nuestro, que la historia era hablar de los 60 años del colega. Como no podía ser de otra manera nos reunimos para la celebración en un restaurante, pequeño y acogedor, que ocupamos prácticamente todo, lo que nos dio más facilidad para montar numeritos una vez acabada la cena. Por cierto el restaurante se llama El Tros y la comida es excelente, así como el servicio y el ambiente.
Los comensales
Una vez acabada la cena pasamos a los regalos y festejos posteriores: Yo, me atreví a hacer una especie de monólogo, relacionado con la edad y el individuo, algo menos de 2.000 palabras de las que solo transcribo algunos párrafos de las mismas: "... No sabía bien por dónde empezar y pensaba hacer una biografía más o menos divertida del “querubín”, pero para ello no tenía ningún dato de su infancia, salvo los que me ha contado él, o sea casi nada, solo unos pocos de su paso por la Facultad de Medicina de Zaragoza, pues apenas compartimos techo unos meses y luego los de los últimos años, desde que nuestras hijas coincidieron en el cole, que sirvió para empezar una amistad que perdura hasta la fecha: muy importante en este proceso inicial fueron los huevos fritos con puntilla, y algunos otros aspectos culinarios."
Joan nació en un pueblo de Lleida, en aquel entonces Lérida, que se llama Juneda. "... Qué decir de Juneda? Pues un pueblo de casas antiguas restauradas, algunas que supongo te sonarán: la Bragós, la Freixes, la del Sec de l’Albi, la Sapriá, … y un poco más modernas, la Fusteret, la Sabatera, la Tomaset, la del Metge y la del Barber.
Y alguna cosa de gran interés, cada año hacen un concurso de Cassoles de Tros, un plato bien típico de la zona, pero que en el caso de Juneda se caracteriza por utilizar solamente carne de cerdo, hacerla en olla de barro y sobre un fuego con tres pies.
Los ojos
Por cierto lo del restaurante que estamos tiene algo que ver con esto del tros? O es pura casualidad? Casualidad no sé si lo es o no pero, justo en el año de 1958, el insigne Dr. Barraquer descubrió un fermento que permitía sacar la catarata entera: Premonición?"
Ni que decir tiene que Joan es oftalmólogo y familia de oftalmólogos, así que la coincidencia con su año de nacimiento 1958, seguro que algo tiene que ver.
Para finalizar el monólogo hice un alegato con más o menos fortuna a la amistad que nos une para proceder después a la entrega de regalos: "... De niño, no lo conocí, de adolescente tampoco, de joven un año como mucho, y ya de adulto, desde el huevo frito, hace poco más o menos quince años. Pues a pesar de ello creo que somos amigos de toda la vida y la reflexión que quería hacer es que para ser amigos no hace falta vivir juntos toda la vida, ni conocerse desde que las madres coincidieron en la preparación al parto. A menudo es suficiente con haberse emborrachado juntos alguna vez y cantar al unísono el “Asturias, patria querida”.
Los ojos
Y la idea final, es que lo que ayuda en realidad a mantener una amistad es compartir instintos básicos, o sea, chuletones, alubias, huevos, panceta, bacalao, etc., etc. Por qué pensabais sino que celebramos su cumpleaños en un restaurante…?
Feliz 60 cumpleaños, y bienvenido a un selecto club del que ya no saldrás aunque quieras: “Los Viejos” se llama".
Tal y como decía procedimos a la entrega de regalos. El grupo se rascó los bolsillos y le obsequió un maravilloso iPhone, el 8 u 8 y pico, no sé...
Pili se atrevió con algo más original. Dibujó al carboncillo los ojos de su familia, Gabi, Ana, Ana y él mismo, y se los regaló perfectamente enmarcados y prestos a ser colgados en una de las paredes de su casa. Fue un regalo muy emotivo y de valor no calculable.
Por fin y aunque con un poco de retraso le llegó el regalo de su familia próxima, mujer e hijas, y aunque en un primer momento le resulto sorprendente y le dejó atónito, sé de buena tinta que hoy lo está disfrutando como un niño con zapatos nuevos: Un Toyota RAV4 híbrido.

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