jueves, 19 de enero de 2017

El futbol... que ya tardaba en salir

Pues sí, tardaba en salir. Porque he de confesar que soy un futbolero impenitente, que creo que empecé a jugar en serio, a los 18 años en el equipo de la Universidad (Cardenal Xavierre, se llamaba), a la vez que lo hacía en una liga de regional de la federación aragonesa (el Albalatillo CF). De esta manera había semanas que jugaba dos partidos y semanas que jugaba tres. Luego con los años pase del futbol 11 al 7 y finalmente al futbol sala: Ininterrumpidamente un partido a la semana hasta los 50 años, en que una rodilla y mi ácido úrico dijeron basta.
Equipo  del Cardenal Xavierre
Tengo que decir en honor a la verdad, que nunca fui un gran jugador, ya que no pasé de los equipos que refiero. Metía algunos goles, bastantes, tenía un disparo potente, y una cierta rapidez de movimientos. Todo ello en una línea correcta, nada que rozase la excelencia, pero que me ha servido para disfrutar y aprender como va esto del futbol, tras tantos años de ejercicio. Me refiero al futbol que yo he practicado y que difícilmente es exportable al "otro futbol profesional" con el que hoy sigo disfrutando como espectador.
He de decir sin embargo que disfrutar, lo que se dice disfrutar lo hice con el primero, con el segundo me lo paso bien o muy bien cuando gana mi equipo. Con los años me he ido "forofizando" y por diversas razones, algún día las contaré, soy del Barça, gane, empate o pierda...
Así que, con estas premisas, me atrevo a lanzar mi opinión subjetiva como no, sobre algunas de las cosas que voy viendo en este "segundo futbol".
No tendrá otro trabajo que hacer en beneficio del futbol, un comité supuestamente de expertos que abrir un expediente informativo o sancionador o lo que sea, a un jugador que después de un duro partido en que se juega su prestigio y me imagino que también sus dineros, se queja de que no le han pitado un par de penaltis o una falta durísima y que para más agravio ha perdido el encuentro.
A lo peor, como soy culé, alguien ve un intento de justificar a alguien. En absoluto, creo que esas quejas existen desde que el futbol se inventó, y si no, desde que yo lo conozco. Y son en un equipo y en otro, hace 10, hace 20, hace 30 y hace 40 años que es hasta donde yo llego. Siempre ha pasado lo mismo y nunca se le ha dado la más mínima importancia.
Albalatillo CF después de un partido
Hoy en día se le da. Interesa? Supongo que sí. A quién? Pues eso ya no lo sé. A mí relativamente, aunque me da pie para poder hacer esta entrada, pero dudo que ese sea el motivo por el que se le da trascendencia. Un profesor de latín que tuve en mi época de bachiller, me decía que cuando podías responder a la pregunta "¿quién se beneficia?" (qui prodest?), estabas muy cerca de la verdad..., pero que no hiciésemos mucho caso porque verdades había más de una y más de dos.
Total, que mi verdad, igual surgida de mi desconocimiento de un fenómeno como el futbol espectáculo, es que creo que sería más interesante que los comités, sean de árbitros, sean de directivos, o sean de jugadores, utilizaran toda la tecnología disponible en aras de que todo ello fuese más justo. Es decir que habría que ayudar a los jueces árbitros a poder rectificar (es de sabios,no?) en decisiones que se hayan equivocado. A los jugadores a ser un poquito más honestos con las reglas de juego, que con las edades que tienen les iría muy bien. A los directivos a sentirse útiles por el progreso que supondría en la evolución del ¿juego?.
No soy tan ingenuo para pensar que esto arreglaría todos los problemas que se derivan del juego y seguro que esta apreciación es inocente y hasta ilusa, pero prefiero como consumidor de futbol ver unos segundos a un arbitro mirando una pantalla que repartiendo tarjetas de diversos colores a todos los que se le acercan a hacerle una objeción o decirle lo que piensan de tal o cual jugada.
Y también prefiero que le salgan los colores a algunos futbolistas después de ver algunas jugadas a verlos haciendo aspavientos como si les hubiesen disparado un tiro desde la grada y caído fulminados como en los mejores westerns del cine. Y lo que también me gustaría es escuchar a algunos directivos comiendose sus palabras de poderío, de victimismo y de perplejidad al ver la realidad de las cosas: lo frágil que es el éxito, de lo poco que sirve quejarse y la inutilidad de hacerse el loco.
De todas maneras, lo que más deseo sigue siendo ver jugadas maravillosas, esas técnicas de introducción de elementos esféricos de propulsión externa y dirección aleatoria hacia estructuras rectangulares huecas, insertadas en superficies diversas a nivel de suelo (goles de falta), y esa boca abierta que se me queda cuando veo a alguien que convierte con el balón lo imposible en fácil y los sueños en realidad.

1 comentario:

  1. momento fórofo del dia (como hija y futbolera)..y para gol de falta, el de Neymar contra el PSG!
    Un día contaré en mi blog (si lo recuper) como me aficionó al futbol y al Barça la final de la Champions de 1999

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