No es que el calor o la calor puedan tener más o menos talento, o incluso carecer de él. Se trata de una expresión más o menos monegrina que quiere decir "exagerado", "extraordinario" o "de cojones". Así que podéis queridas paredes, ponerle a Calor el adjetivo que más os guste.
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Fondo marino |
Casi todos los veranos, al menos últimamente los iniciamos en familia con la celebración de mi cumple que es el 6 de julio, día del chupinazo de San Fermín. Este año, lo cierto es que la escapada a la playa ha sido previa, pues ha coincidido que la Fiesta Mayor de Terrassa, ha sido anterior a la fecha, y aunque cueste a veces admitirlo, la escapada es para huir de esa fiesta.
Pues como era previsible, Roses seguía en el mismo sitio que el año pasado y también el hotel donde nos hemos alojado, solo que algo más caro, me costó lo mismo tres noches este año que cuatro el pasado. El spa también seguía allí, pero este año tuvimos más suerte y me tocó un albornoz de mi talla. La gastronomía también la misma aunque descubrimos un par de sitios nuevos muy recomendables, incluida la terraza de un hotel, donde tomar una cena muy casera, ligera y de excelente calidad. Creo que volveré la próxima escapada a la zona. Añadimos este año como novedad un paseo en barco turístico en el que admirar las profundidades marinas, su flora y su fauna a través de una zona acristalada del casco.
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Cena en Roses |
Casi sin tiempo para pensarlo mucho, organizamos como ya es habitual mi cumpleaños que es el día 6 de julio. Procuro siempre que podamos reunirnos toda la familia "catalana", así que aprovechamos la zona que tiene de reservado nuestro restaurante de cabecera, l'Incontro, para hacer una comida relajada y tranquila, amenizada por los juegos de Claudia y Roger, a los que se unieron algunos de los adultos, dada la privacidad que ofrecía la sala. Como cada año también, después del ágape subimos a casa para estar un rato tranquilos y relajados al tiempo que hacemos la digestión. Nada más lejos de la realidad, nuestros niet@s se encargan de frustrar esos planes, pues no necesitan ni reposo ni relajación, así que a jugar con ellos, que tampoco los tenemos tan a menudo en casa como para desaprovechar la ocasión de disfrutarlos. Avanza la tarde, los niños meriendan y ya cada familia se prepara para regresar a sus domicilios. Ellos todavía no tienen vacaciones, así que a prepararse todos para trabajar.
Por otra parte, nosotros que sí las tenemos ya, hemos de preparar las maletas pues aunque estamos a poco más de dos horas de nuestra casa, la intención es instalarnos en el pueblo mes y medio aproximadamente. Bueno con alguna escapada, que el pueblo tampoco da para tantos días sin moverse.
Y antes de marchar al pueblo de manera definitiva, nos quedó tiempo para hacer una cena con los amigos de La bodeguiya de Abajo, el grupo de Terrassa que ya dura tantos años y del que ya os he contado algunas cosas, queridas paredes. Alguien se encargó de reservar mesa en el Claret, uno de los restaurantes clásicos del grupo, donde reinan unas patatas bravas que no las hacen igual en ningún sitio de los que yo he frecuentado. Además tienen producto gallego, que es el origen de los dueños, no sé si todavía... Porque está en Can Anglada una zona de Terrassa dominada (demográficamente me refiero) por la emigración, por habitantes del magreb en su mayoría. Lo cierto es que la comida sigue igual de buena.
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En el Claret |
En estas condiciones arrancamos con las maletas bien cargadas hacia el pueblo, con el fin de instalarnos en Villanueva de Sijena, pero con la intención de hacer una primera escapada a las Fiestas de Albalatillo, a pesar de los 43º de máxima y sin aire acondicionado a mediados de julio en lo profundo de Los Monegros, que aunque ahora riegan y tienen cultivos que los hacen verdes, las temperaturas no entienden de progreso..., o quizá sí... y nos están dando un aviso.
En los primeros días de julio recibimos en casa la visita programada de unos amigos, que a pesar de que solo les quedan seis o siete países del mundo por visitar no conocían Huesca. Así que sin pensarlo nos lanzamos a la visita, en que no faltó la catedral, el museo provincial, el seminario, el coso, la iglesia de San Lorenzo, el correspondiente ágape en el Martín Viejo y para finalizar el paseo el parque Miguel Servet y la foto de recuerdo en el monumento de las pajaritas obra del artista oscense Ramón Acín.
Regresamos al pueblo y nuestros amigos regresaron a Manresa, pues aparte de tener alguna obligación "abuelil", seguro que tenían que preparar su próximo viaje, que restaría un país más a los pocos que les quedan por visitar. Da un poco de envidia los conocimientos que se adquieren cuando pasas la vida viajando y conociendo mundo, aunque para mi forma de ser me parece que debe ser muy cansado, tantos y tantos vuelos y kilómetros a las espaldas. No obstante a ellos les compensa sobradamente. Para gustos... colores.
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En el Parque de Huesca |
La siguiente escapada fue a la fiesta de Albalatillo, que este año estaba distribuida de una manera un poco peculiar ya que para "meter" un fin de semana en la misma, el día de la patrona, Santa Margarita, coincidió con un miércoles y fue el último día de fiesta.
Lo cierto es que empezamos un sábado con un almuerzo de tenedor y cuchillo que la encargada del bar del pueblo había elaborado a base de un guiso de costilla de cerdo con patatas y tomate. Algo ligero para empezar los jolgorios y en el que participamos los miembros masculinos de nuestro grupo, José Ramón, Pedro y un servidor. El plato estaba bueno, aunque era mejorable el vino, pero no hay vino que no mejore con un poco de gaseosa...
No voy a hacer mención de las temperaturas que nos acompañaron todas las fiestas, porque ya es imaginable pero en esas condiciones fuimos desgranando días y noches como mejor pudimos. Lo que ya es insustituible son los gintónics con el grupo después de la cena en la terraza del bar del pueblo, escuchando a las orquestas tocar los últimos éxitos de la temporada, y algunas de ellas con auténticas representaciones de los mejores musicales del momento.
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Almuerzo en Albalatillo |
También como cada año las cosas típicas que no se pueden obviar en estas fiestas: el tiro al plato, también con el almuerzo correspondiente previo a las tiradas y que este año a pesar de su sencillez (huevos fritos con longaniza y chorizo) ha estado excelente. Todo recién hecho, gracias a alguno de los miembros de la comisión de fiestas que estuvo friendo los huevos al momento que los pedías.
Otros de los eventos que ayudan al desarrollo de las fiestas para todos los gustos fueron "las jotas" en la portada de la iglesia a cargo de la rondalla Aires Monegrinos, los concursos de guiñote y botifarra, uno de los cuales ganaron J. Ramón y Manolo, integrantes de nuestro grupo y un novedoso concurso de tortillas de patata que a la postre sirvió para que hiciésemos una improvisada cena en la plaza en la que participó gran parte del pueblo.
Igualmente la fiesta homenaje a los mayores, a la que pronto nos corresponderá ir a nosotros, junto con otras actividades lúdicas en la piscina y en la plaza para los más niños, y sobre todo el último día, como decía, la misa y la procesión en honor a Santa Margarita, en la que a pesar de haberme "jubilado" ya, acabé llevando al santo por las calles, para después acabar en el bar, tomando el vermut de la fiesta. Esto dio más o menos de si, las celebraciones del año 2022, muy animadas por cierto, que después de la pandemia la gente estaba con ganas de marcha.