jueves, 15 de diciembre de 2016

Sitios reales...I

Tenemos 4 días, Pili y yo, para una escapada de Paradores, llamada  reales sitios. Empieza en Chinchón (Madrid), así que para hacer más corto el camino nos vamos a dormir a Villanueva de Sigena. Nos ahorramos más de 200 Km. de la primera tirada.
Chinchón. Plaza Mayor
Salimos con el presagio de temporal generalizado en toda la península y por una vez los eruditos hombres del tiempo no se equivocan. Nos tomamos el camino con tranquilidad, con el único objetivo de poder llegar a comer a Chinchón. Una vez circunvalada Madrid ponemos dirección hacia la Vega perfectamente guiados por nuestro navegador de a bordo. A pesar de los cielos nublados de color gris oscuro llegamos a Chinchón sin presencia de lluvia. Nada más poner el pie en el empedrado de la entrada al Parador, en sus tiempos un convento de no se quien, empieza la lluvia que ya será nuestra compañera el resto del viaje. Con intervalos nubosos, eso sí.
Claustro del Parador de Chinchón
La primera visión, una vez realizados los trámites del "checkin", es la magnifica plaza Mayor de Chinchón. Recuerda sin duda a la de Almagro, pero circular. Los soportales que la rodean están muy bien cuidados y son de gran ayuda sobre todo en días como este. La pintura dominante el verde y los establecimientos los restaurantes, en los que se puede comer en las balconadas que dan a la plaza. Una fuente preside una de las entradas de la plaza, y casi frente a ella, atravesando la plaza, un magnífico y bien conservado lavadero comunitario. Luego bordeando la plaza por las calles más altas encontramos un fenómeno singular: Una iglesia sin torre y una torre sin iglesia. Parece que se derrumbó, no sé si debido a guerras u otros desastres, una parte de la iglesia y quedó la torre. Así que se decidió hacer la iglesia sin torre en un lugar cercano (prácticos o ahorradores, o las dos cosas). Ahora que lo pienso y debido a no tomar notas en su momento, igual la cosa fue al revés: se cayó la torre e hicieron otra en otro lugar... En cualquier caso se mantiene la singularidad. En una de las zonas mas altas pero en dirección opuesta a la iglesia, y ya casi en la salida del pueblo se encuentra el castillo.
La Granja. Delante del Palacio
Nos habían recomendado comer en cualquier restaurante de la plaza. Elegimos "La Casa del Pregonero" y desde aquí la recomiendo a quien tenga ganas de comer "recio". Potentes sopas de ajo, tapas complejas y de gran elaboración y un rabo de toro presentado en un plato en el que no faltaba la muleta (jamón frito), el burladero (corteza decorada) y el albero (migas).
Después de un merecido descanso y un suculento desayuno en el convento (Parador), última vuelta a la plaza y en ruta a la próxima parada de este periplo: La Granja de San Ildefonso.
Nueva circunvalación a Madrid hasta coger la carretera a Segovia, y unos kilómetros antes de llegar, desvío en dirección a nuestro destino. Durante el corto viaje, una hora y cuarto, hemos tenido de todo: lluvia, viento, nubes y hasta unos minutos de sol... A la llegada al Parador, razonable tregua de la lluvia y aunque con el cielo entre nubes y claros podemos hacer la primera visita programada del día: los jardines versallescos que rodean el palacio, cerrado por ser lunes.
La visita es espectacular, empezando por un gigantesco árbol que nos recibe delante del palacio a mano derecha según se sube por la avenida desde las puertas de hierro que dan acceso al recinto desde la rotonda de entrada al pueblo.
Jardines de La Granja. Una de las fuentes
También a mano derecha se llega a los jardines, más espectaculares si cabe, con una vegetación bien cuidada, con unos colores propios del otoño y esa especie de sensación de humedad que se tiene al poco de haber llovido, caminando sobre una alfombra de hojas mullidas pero mojadas.
Vamos recorriendo los paseos, a cual más bonito y descubriendo las fuentes en las intersecciones de los mismos. Desafortunadamente no están en funcionamiento. Pero ni esa circunstancia es capaz de enturbiar las bellezas escultóricas que las componen.
Después del tranquilo paseo, urge buscar un sitio (real o no) para reponer fuerzas como no podría ser de otra manera con unos Judiones de La Granja.



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