domingo, 28 de mayo de 2023

GRMANIA, una vuelta de tuerca más...

Hace justamente cuatro años, escribía una entrada que bajo el título de "GRMANIA, más que un club..." trataba de explicar de una manera entretenida lo que era este grupo. No sé si conseguí que fuera divertida como digo, pero si que al menos expresaba lo que yo pensaba del mismo.

Subiendo al castillo de Montgrí
Y por razones de estricto agradecimiento, me veo en la necesidad de darle una vuelta de tuerca más y añadir algunos aspectos que se me escaparon el aquel momento.
Resulta que un servidor entre pandemias y lesiones varias casi hacía 4 años que no acudía a las llamadas del grupo, ni para caminar ni para festivales diversos, todo y que he mantenido mi presencia en el chat de whatsapp y la relación cercana con muchos de los miembros del grupo con los que coincido en diversas actividades de todo tipo. Viene a cuento de resaltar alguna de las cualidades del grupo, pues el día que decidí volver a incorporarme a la disciplina del mismo, me vino el recuerdo de aquel famoso profesor de la Universidad de Salamanca, que tras años de exilio y castigo, al volver a su clase soltó aquello de "decíamos ayer..."

Y es, que salvo alguna cana más o algún cabello menos, el reencuentro fue así, tras las protocolarias preguntas sobre la salud y la familia, empezamos con la etapa, y todo lo que ella conlleva, autocar, caminar, almorzar, caminar, comer, reír y volver al autocar, como si no hubiesen pasado esos años, excepción hecha de algunas caras nuevas, que no hacen más que corroborar la buena salud del grupo. Por resumir, que una vez has formado parte del grupo es como si fuese "ad perpetuum", siempre eres bien recibido, y por seguir con el tono, como un "prodigus filius".

Otro de los aspectos, que quizá en la anterior entrada no tuve tan presente es la solidaridad que reina en el grupo, siempre hay una persona que te acompaña y te ayuda en los momentos complicados. Este "grmano" a parte de volver cuatro años más viejo trajo al grupo diez quilos de más, que más o menos vendría a ser que tengo que subir y caminar como si llevase en la mochila dos garrafas de 5 litros de agua. Los ánimos y la compañía de quienes pudiendo ir más deprisa se quedan contigo, no tienen precio.

Ni qué decir tiene, que estos soportes son cuando todo va bien, porque cuando algo se complica, que es el caso que quería hacer referencia, la ayuda, el ánimo y la compañía se expande desde todo el grupo a quien lo padece como una mancha de aceite. Es una de las cosas que quería contar en esta entrada.

Islas Medas
Sin ánimo de hacer competencia a los ilustres plumillas, tanto en prosa como en verso, que el grupo tiene entre sus miembros, quiero contar un pequeño trozo (o quizá track) de la etapa del actual GR entre Torroella de Montgrí y l'Escala. Como he dicho anteriormente y vosotras, queridas paredes, ya conocéis ando con un cierto sobrepeso y un fondo físico justito para el camino que nos ocupa. No obstante después de mirar el perfil del recorrido en las informaciones que también el grupo, o mejor dicho algún "grmano", nos facilita, decidí que podría asumirlo, pues aunque el principio presentaba una cierta dificultad para subir al castillo, después venía una parte más llana y placentera que me permitiría recuperar de los esfuerzos iniciales.

Tal y como estaba previsto iniciamos la subida casi de golpe, sin anestesia, apenas había conseguido ajustar los palos y ya estaba en una empinada ladera del camino que lleva al castillo. Con más o menos dificultades, en principio más de las que había calculado, y en la zona de cola del grupo llegué a la fortificación, donde un bocata de jamón, unos tragos y una manzana, sentado en una piedra, no especialmente cómoda, consiguieron recuperar mi ánimo y mis fuerzas, ya contento, porque salvo un pequeño cerro, ya sería todo bajada y llanura.

Otra vez, los cálculos me fallaron, pues la bajada se hizo más complicada, ya que era de piedras de múltiples tamaños, que además estaban sueltas y el desnivel también era considerable. Y en estas circunstancias tuve a bien resbalar a mitad del descenso y caer de espaldas o de donde esta pierde su casto nombre, intentando recobrar la vertical lo más rápido posible, pues en este tipo de caídas el dolor moral y de la autoestima es el primero que sientes. Lo cierto es que en este terreno las prisas no son buenas y de nuevo resbalé, aunque no como la primera vez, pero sí suficiente para recoger algún golpe más.

Enseguida la gente del grupo se acercó para ayudarme y para ver qué podía necesitar. En caliente, les dije, que creía que podía seguir, pero expertos caminantes como son la mayoría y viendo como lo hacía yo, dedujeron con acierto y antes que yo mismo que no podría continuar, al menos a un mínimo ritmo que no llegara a fastidiar a todo el grupo. Tenían razón, obviamente. 
Castillo de Montgrí

Me dolía todo y nada, por decirlo de alguna manera, pero cada paso de la bajada era una pequeña tortura y luego la subida al pequeño cerro y vuelta a bajar hasta un lugar dónde llegaba el asfalto y podíamos pedir un taxi, ya una no pequeña tortura. Pero finalmente pude llegar y desde el refugio forestal donde nos vino a buscar el taxi hasta L'Escala pude descansar y poco a poco calmar el dolor con la inestimable colaboración de la gente previsora del grupo que lleva en su mochila, analgésicos y antiinflamatorios diversos.

Este podría ser el resumen de "mi etapa", como he dicho, pero me consta que tampoco lo que esperaba al resto de los compañeros era moco de pavo, pues la especulación urbanística, siempre acaba saliendo, les dejó al borde del precipicio con un escaso espacio entre este y las "propiedades" de quienes se han aprovechado de esta lacra municipal, o social o general, como queramos llamar. De hecho la etapa solo 4 personas la completaron, sobreponiéndose a todos los "handicaps", incluido el vértigo de alguno de ellos. 

Como decía al inicio de esta entrada, tengo que agradecer a todo el grupo las atenciones que proporciona, cuando las necesita cualquier miembro de Grmanía, en este caso yo mismo, pues es impagable todo lo que recibes en esos momentos complicados el camino. No tiene precio que se queden contigo a acompañarte hasta que estás en territorio seguro, que tengan fármacos para calmar tus males, que tengan palabras de ánimo en todo momento pues el dolor "moral" tras la caída también existe, que se encarguen de llamar a un taxi, que te lleve al final de la etapa, que te soporten dos horas o más hasta que el resto llegue al final de la etapa, que te reserven un lugar en la zona de comida y no te dejen mover para nada sirviéndote cerveza y café como si fueras un marajá. Por cierto que por ser un poco crítico esto de servir bebidas al final del camino lo podríamos mejorar un poco (casi siempre les toca a los mismos). Y además, que el grupo se haga cargo de los costes del transporte extra que has utilizado.

En fin...  que ya sé que esto le puede pasar a cualquiera, pero por casualidades de la vida me ha tocado a mí, y como soy una persona que valoro mucho la gratitud en esta vida aprovecho este canal para deciros: 
MIL GRACIAS A TOD@S Y LARGA VIDA A GRMANIA.

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