miércoles, 17 de mayo de 2017

Madrid... y San Isidro. Parte Primera

Pues resulta que Mery y David tenían muchas ganas después de su boda de hacer un viajecito a Madrid con sus respectivos padres. Y resulta que nos lo comunicaron a Pili y a mí. Y resulta que nos apuntamos también, como no podía ser de otra manera.
Las porras
Resumiendo que montaron un viaje para ocho, eso sí con tiempo suficiente para poder coincidir todos y adecuarlo a las disponiblidades de cada uno. Así surgió la fecha del viaje: el fin de semana del 13 y 14 de mayo. Los días de las fiestas de San Isidro en la capital: así estaríamos tranquilos, sin aglomeraciones, sin colas donde quisiésemos ir, etc, etc... La verdad es que al menos yo no me di cuenta de la elección hasta unos días antes. En cualquier caso y como somos gente aguerrida, que nos va la marcha y no nos preocupan los festejos, nos lanzamos a la aventura, siguiendo las pautas que habían marcado para tal evento, Meritxell y David.
Sábado 13:
Grupo A: Pili y José Antonio: Despertar a las 05:00 horas. Hay que ir de Terrassa a Barcelona, a la Estación de Sants, aparcar el coche, coger el AVE a las 07:00 horas: Madrid a las 09:50 horas
Grupo B: Alicia y Roberto,  Margarita y Martín, Meritxell y David. Despertar a no sé que hora. Coger el AVE a no sé que hora: Madrid a las 10:30 horas.
El lugar elegido
Así que a las 10:30 estamos todos en Madrid. A algunos nos ha dado tiempo de tomar un cortadito y unas porras, típicas de la capital, antes del encuentro. Una vez comprobado que Martín ha cumplido al pie de la letra el encargo que le había hecho Meritxell, y salvada la primera deliberación del grupo ya compacto (A+B) en favor del gremio del taxi y en detrimento del metro, aterrizamos en el Hotel, donde siendo la hora que es, no podemos hacer el check-in todos, cosa que resuelven muy amablemente haciendo el de una de las habitaciones, donde dejamos los equipajes todos, antes de lanzarnos a la conquista de Madrid.
El periplo se inicia desde la zona alta de la calle Serrano, cerquita de nuestro hotel. Al prinicipio el ritmo de los ocho participantes es adecuado, sin precipitarnos. Como que la calle hace un ligero desnivel de bajada el paseo se hace fácil, y con estas condiciones no es de extrañar que tardásemos en llegar a Goya, casi hora y media!!! Supongo que no tengo que explicar en todos los comercios, tiendas, boutiques, etc, etc., en que entraron las féminas del grupo, y al resto de la comitiva, estar parados esperando, caminar a tirones y que no hay ni una solo concesionario de coches en toda la calle, nos abrió el apetito.
El cocido madrileño
Nos personamos en La Taberna de la Daniela, previa reserva, a degustar el típico cocido madrileño. Estuvo perfecto como reza su web: sota, caballo y rey. O sea: sopa, garbanzos con verduras y carnes. Un par de botellas de rioja, postres de la casa, agua, cafe y chupitos variados de orujo sin medida (te dejan la botella en la mesa).
Ligero paseo hasta el hotel para siesta reparadora, y alguno del grupo, debido a los excesos en la comida sufre un apagón informático, que lo deja fuera de juego hasta la noche. Así que no sé que pasó hasta las nueve, en que me uní al grupo, que buscaba sitio para cenar. Tapeo de calidad la mayoría y el que suscribe dos aguas con gas.
A continuación espectaculo teatral en la Gran Via: El club de la comedia, con una presentadora grandota y graciosa, una excelente monologuista valenciana, un malagueño travieso, el infalible Agustín Jimenez y una chica del público, que con su risa "especial" colaboró de manera importante a que se descentraran los actores y riésemos todos a destiempo, pero finalmente, una gran noche de comedia en el teatro Rialto.
Taxi al hotel, deliberaciones sobre la hora de levantarse el día siguiente con acuerdo final a gusto de todos, buenas noches y como dice otro cómico: Mañana más, pero no mejor que es imposible.

1 comentario:

  1. He aquí una de las que montaron el viajecito, Meritxell.
    No podía estar mejor narrado, tío.

    Como sabes, no soy de letras pero que menos que expresar mi gratitud tras el perfecto fin de semana.

    Todo fueron risas, paseos a pie, paseos en barca, tiendas, comilonas, más risas,...en resumidas cuentas , un gran fin de semana rodeados de la mejor compañía: la familia.

    Mejor imposible .
    Que bien escribes tio! Felicidades por el magnífico blog

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