miércoles, 4 de septiembre de 2019

La boda de Izarbe y Carlos

No estaba previsto en mis planes tener que hacer la entrada de la boda de Izarbe y Carlos, al menos en un periodo de tiempo tan relativamente corto desde la de Manel y Mónica, pero las "cosas del querer" son así y se saltan a la torera cualquier programación o previsión.
Saltándome los años que hace que se conocen y los que llevan viviendo juntos, la cosa empezó a intuirse en Villanueva de Sijena, una noche en que se pidieron o concedieron la mano de uno a otro. Y la intuición fue buena hasta que se convirtió en realidad, que fue incluso mejor. Izarbe un buen día me pregunta con cierto tono diría que hasta despreocupado e intrascendente:
- Papá. ¿que te parecería celebrar tu cumpleaños en una boda...? No tardé ni un instante en captar la intención, y aunque no la hubiese captado, hubiera respondido lo mismo:
Los novios
- Excelente!!! Tu boda, no...?. Evidente, así era, la boda, su boda. Y a partir de ese momento igual que en la anterior de M&M, nos pusimos con su madre a disposición para todo lo que necesitasen y estuviese en nuestras manos, en pro del evento.
Por ser igual que su hermano, ella tomo las riendas del equipo que nos conduciría a la ceremonia y nosotros o al menos yo, al servicio de lo que se pudiese necesitar, eso sí, cuando pasaba un cierto tiempo sin noticias del proceso, preguntaba de manera discreta: Cómo va todo? Tengo que hacer algo? Y vuelta a esperar que me solicitasen para algo. Lo cierto es que casi no precisaron de nuestros servicios para sacar adelante el proyecto.
En estas circunstancias, Pili y yo, y también Manel, empezamos a buscar nuestros trajes para la ceremonia una vez enterados que sería en un viñedo de Sant Cugat de Sesgarrigues. La verdad es que lo hicimos con bastante tiempo de antelación. De hecho nos dijo el vendedor-asesor, el mismo que para la boda de Manel, que un mes antes del evento fuésemos a hacer una última prueba. Lo de Pili ya fue otro cantar, pues al elegido de inicio, hubo que hacer un cambio, ya que el momento de elegirlo era más benigno climatológicamente hablando que cuando se acercó el momento de la boda para la que se presagiaban temperaturas de "ola de calor".
La entrada de la novia
En este espacio de tiempo fuimos a hacer una visita inicial al viñedo, que en primera instancia me pareció excelente, aunque un poco "secarral". Pensé que igual tenía que ver con nuestro origen monegrino. Hay que decir que en la segunda visita ya me pareció menos árido, igual porque fuimos a la prueba de menú y vinos con la pareja y los padres de Carlos. Como resumen he de decir que el día de la boda con toda la vegetación, arbolado, vides y césped, todos verdes ofrecía un aspecto espléndido, casi inimaginable los días anteriores.
Salimos de casa de Terrassa, Manel, Pili, Mónica, Izarbe y yo con tiempo suficiente pues el programa estaba pensado para que pudiésemos cambiarnos de ropa en la masía del viñedo, al tiempo que se hacia un reportaje fotográfico del proceso. Los chicos acabamos pronto y fuimos tomar un refresco, que falta hacía, hasta que fuimos requeridos por los cámaras para dejar constancia. Luego vinieron todas las fotos juntos, previas a la ceremonia y cuando ya todo estuvo en su sitio nos dirigimos al lugar de la celebración. Todo muy clásico, primero el novio con su madre, después la madre de la novia con el padre del novio y finalmente para concluir la comitiva, la novia con su padre. Recuerdo y supongo que Izarbe también, que de niña me hacía ensayar este "paseíllo" cuando salíamos de casa, así que creo que salió bien.
La ceremonia en si, fue relativamente breve, aunque no faltaron los parlamentos de las amigas del alma de la novia (Mery y Lydia) y de los amigos del novio (no sé como se llaman). Después se dirigieron unas emocionantes palabras entre los novios, las niñas llevaron los anillos y para finalizar y previo al beso final, el oficiante leyó los artículos de la ley que corresponden en el código civil para el enlace y los testigos firmaron el acta de matrimonio. Luego arroz y pétalos de rosa, abrazos y felicitaciones de "todos contra todos" y pase a la zona del aperitivo.
Con testigos
Como dice mi amigo Joan, que no sabía que pacto había hecho con el diablo o con quien fuese, unas nubes nos aligeraron de toda la previsión de "ola de calor" que se prometía en móviles de toda clase, y hasta una leve brisa, con toda seguridad procedente del mar, relativamente cerca del lugar, consiguieron una temperatura casi ideal, para la ceremonia y para el aperitivo. Incluso unas gotas de lluvia testimoniales aparecieron para "acongojar" un poco a organizadores y asistentes. Luego con la caída de la noche se atemperó el ambiente sin calor y sin asomo de lluvia.
Ya en el aperitivo pudimos comprobar que la boda tenía una temática clara, que todo el mundo intuía después de recibir las invitaciones: La guerra de las Galaxias o Star War en versión original. Las mesas de la cena estaba localizadas en base a personajes o elementos de las películas: El Halcón Milenario, Princesa Leia, Hans Solo, Darth Vader, etc. etc. Así pues, teniendo en cuenta que en la mesa había muñequitos que representaban los personajes, los más mayores del convite necesitamos ayuda de los más jóvenes para encontrar nuestro lugar en las mesas.
Además la zona estaba presidida por un breve decorado que recordaba uno de los primeros contactos que entre si tuvieron los novios: Se trata de un pajarito azul (el de twitter) con una leyenda que rezaba "caizament": un juego de letras con las iniciales de Carlos e Izarbe (caiz) y la coincidencia fonética con boda en catalán (casament).
El aperitivo
El aperitivo bien cuidado con infinidad de tapas, montaditos y mesas donde se repartía fideuá, jamón al corte y otras delicadezas, bien regadas con todo tipo de refrescos, cervezas o vinos, en función del gusto de cada uno. Amenizado por un cuarteto de jazz, que nos hizo pasar un rato bien agradable, previo a sentarse en las mesas a cenar.
Una vez dispuestos los comensales de acuerdo las prescripciones galácticas, los novios aparecieron en el comedor, que no era otra cosa que una zona de jardín al aire libre muy bien acondicionado, al ritmo de la música de la película o películas temáticas de la noche.
El servicio, comenzó con una ensalada: mezclum de lechugas y frutos rojos, adornada con unos langostinos en tempura y una bolas de foie rebozadas con panko. Después del copioso aperitivo convenía algo ligero antes de proceder al plato principal que básicamente era un milhojas meloso de ternera con diverso acompañamiento. Todo se bautizó con varios vinos y cavas que en su día había ayudado a seleccionar a los novios, hasta que llego el momento del pastel nupcial, que para no defraudar a los seguidores de la saga de Star War, estaba inspirado en la misma, e incluso la espada de partirlo era una laser de las múltiples batallas del film.
Después de terminar la parte más gastronómica-nutritiva de la noche, empezaron las diversas actividades que suelen realizarse en estos actos.
El baile de los novios y padrinos en la zona de discoteca, que se prolongaría hasta las cuatro de la madrugada, con barra libre para todos los que acudieron al evento en autocar, tanto desde Terrassa como desde Cornellá.
La tarta inspiración "Star War"
Los regalos de los grupos de amigos y amigas de los novios muchos de ellos originales y sobre todo algunos con la temática del día y otros difíciles de conseguir, pues requerirán que los novios completen en un caso un puzzle de 5.000 piezas en donde esta la solución de como conseguirlo y otro que requiere fotografiarse en casi veinte lugares de los Monegros para obtener las pistas que le conduzcan al mismo.
Un excelente regalo que recibieron en directo fue una coreografía en la que participaron todos los grupos de amigos y que gracias a las redes sociales y nuevas tecnologías habían podido ensayar previamente.
Otro regalo emocionante fue el que yo recibí de parte de Izarbe, pues ese día uno cumplió 64 años que no son pocos. De pronto montaron un teclado eléctrico, ella se sentó delante al tiempo que me traían un pequeño pastel con una vela. Sonaba "Me and Bobby Mcgee", una de mis canciones icono cantada por Janis Joplin. Se me quedó cara de bobo. Izarbe había ido a ensayar la pieza a casa de su amiga la que es música, y me regalaba su interpretación. Viene a cuenta que años atrás le sugerí cuando me pidió en otro cumpleaños que quería, que me regalase las interpretación al piano de "Imagine" de John Lennon, otras de mis canciones icónicas. Gracias hija!
Luego las cosas ya se fueron desmadrando hacia la discoteca, y me dediqué a repartir unos puros nicaragüenses que había comprado para la ocasión y que había prometido a algunos de los amigos fumadores de los novios. Alguno se los fumó, otros no pudieron con ellos, como ya pasó en la boda de su hermano.
El ambiente iba para arriba en los mas jóvenes y para abajo en los más mayores y dormidos casi del todo los niños. Todo el mundo lo pasaba bien, hasta que el reloj fue imponiendo su dictadura y tocó la hora de recoger y recogerse.
Un magnífico día de boda!!!

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