miércoles, 18 de septiembre de 2019

Belchite

Tenemos unos amigos, viajeros impenitentes, a los que apenas les faltan 20 o 25 países para completar su visita a todo el mundo mundial. Entre los muchos países que han visitado están los devastados por guerras pasadas, recientes y presentes, Irak, Afganistan, Somalia, etc... 
Una de las calles
Hace unas semanas quedamos para comer y hablando de los desastres de la guerra, salió en la conversación la historia de Belchite, a cuatro pasos de aquí si lo miramos con la perspectiva de los otros países en que han estado. Les explicamos por encima la historia del pueblo viejo y se interesaron tanto que programamos una salida para visitarlo en un periodo breve de tiempo. Dicho y hecho. Esta entrada es lo que dio de si la visita.
Llegamos a la hora prevista a la Puerta de la Villa, una de las tres que tenía el pueblo y en la que se iniciaba la visita guiada. Las puertas eran el único acceso posible al centro de la localidad, ya que estaba dispuesto con casas adosadas que rodeaban el perímetro y que ejercían la función de muralla y le daban una capacidad de defensa por encima de la que podría ser esperable en cualquier municipio de la zona.
La existencia de las ruinas de Belchite se fundamenta en una decisión del Dictador y/o de su Estado Mayor, a fin de que las generaciones venideras, supongo que nosotros, descubramos la barbarie de la guerra, o mejor para el régimen nacido de ella, veamos los destrozos hechos por unos y las bondades de los otros, que construyeron un pueblo nuevo a lado mismo del antiguo. Parece ser que el propio Franco estuvo una vez finalizada la contienda, prometiendo la creación del pueblo nuevo, aunque todo esto se fue dilatando y muchas familias siguieron viviendo en el destrozado hasta los años sesenta y largos, que se dio por finalizada la obra.
La Torre del Reloj
Hecha esta previa, lo que realmente nos interesaba de esto, sobre todo a mis amigos era la historia de aquellos 14 días de asedio y de guerra cuerpo a cuerpo de la que fueron testigos las ruinas que hoy podemos ver y algunos vecinos que todavía viven y que vieron aquel despropósito.
La historia comienza con la idea de las tropas republicanas de lanzar una ofensiva a gran escala con el fin de tomar Zaragoza, una de las plazas fuertes en manos de los sublevados. Según algunos autores la linea de avance sería de unos 100 Km, aproximadamente desde Zuera hasta Belchite y estaría dividida en varias puntas de lanza (entre 8 y 10). Según parece las puntas de lanza de la zona más al norte avanzaban sin problemas y reconquistan fácilmente páramos y tierras prácticamente despobladas, pero las de la zona sur, en concreto las de Belchite se atascan de manera importante, por un lado debido a la comentada estructura del casco urbano y principalmente porque a la localidad habían acudido entre 3000 y 7000 efectivos militares sublevados para su defensa, solo unos días antes del ataque definitivo.
La batalla empieza desde la zona denominada de los Olivares y desde las afueras del Seminario, por parte de las tropas republicanas, encontrándose con una defensa totalmente inesperada, casi numantina. Esto desconcierta a los mandos, que ven que no deberían estar mucho tiempo en la conquista de la plaza, porque rompe todos los esquemas previstos por el Alto Mando, que piensa solo en Zaragoza como objetivo final.
Así, se pone en marcha toda la maquinaria de guerra, desde aviación a carros de combate a fin de perforar las paredes que rodean la villa y poder entrar. Las ruinas actuales dan fe de la crudeza de aquella batalla y mucho más cuando se sabe a ciencia cierta que se peleó, casa por casa y cuerpo a cuerpo hasta la rendición pasados los 14 días de combates. El resumen más triste de todo, es que la población de Belchite era de unos 3000 habitantes, y los muertos aproximados fueron unos 6000 entre unos y otros.
Las columnas republicanas hacia Belchite
Paseamos por el pueblo, por la calle mayor, una avenida recta en la que están las principales casas del pueblo, por su tamaño y por su poderío económico. Todas estas prácticamente destrozadas. Vamos avanzando y vemos las dos plazas una con la casa de la Domi, también en el suelo pero que todavía deja ver algo de su esplendor. La otra frente a la Iglesia de San Martín, con sus cúpulas agujereadas y las que no, en el suelo. Solo quedan algunas columnas que delimitan las capillas, en las que ya no se puede entrar por el peligro de derrumbes, que se van produciendo a lo largo del tiempo.
Siguiendo el paseo llegamos a la conocida como Torre del Reloj, donde antiguamente se asentó una sinagoga judía, que luego albergó la iglesia de San Juan. También podemos apreciar las ruinas del convento de San Rafael, de las Hermanas Dominicas y las del convento de San Agustín de los Hermanos Agustinos. Por una de las calles perpendiculares a la calle mayor se accede a una plaza en la que esta la Iglesia de San Agustín, en la que en uno de sus laterales se puede apreciar todavía un obús incrustado en una de las columnas, que permanece allí desde la contienda. En una de las plazas se puede ver un pequeño paredón en el que al parecer se procedía a los muchos fusilamientos que tuvieron lugar durante la batalla y en días posteriores.
A lo largo de la visita la guía nos va ilustrando de todos estos aspectos de la guerra con gran profesionalidad y en mi opinión con una imparcialidad difícil de encontrar en estos días, y sobre todo porque todavía hay supervivientes de aquel drama que viven, algunos en el pueblo nuevo, otros emigraron como Natalio, autor de la jota que esta escrita a modo de grafiti en la puerta de una de las iglesias:
El paredón don fusilaban a unos y otros
"Pueblo viejo de Belchite/Ya no te rondan zagales/Ya no se oirán las jotas/Que cantaban nuestros padres"
También nos explica la diversidad de actividades en torno la historia del pueblo que se llevan a cabo a lo largo del año, la cantidad de grupos y asociaciones de mayor o menor entidad que trabajan para la restauración y mantenimiento del patrimonio del pueblo, y de paso nos explica la existencia de personajes relacionados con la localidad: Jose Antonio Labordeta, ilustre cantautor hizo uno de su primeros conciertos en una de las plazas, en homenaje a sus abuelos que eran nacidos allí. También nos cuenta que otro no menos ilustre cantautor, Joan Manel Serrat, dedico la canción "Mi niñez" a las visitas que cada verano realizaba a Belchite, lugar que vio nacer y crecer a su madre hasta que emigró a Barcelona.
Siguiendo con las curiosidades nos comentó la cantidad de películas y anuncios publicitarios que se habían rodado en el pueblo, escenario adecuado para rodajes de guerra, postguerra y misterio: Las aventuras del Baron de Munchausen, El laberinto del Fauno, Documental de IV Milenio, etc. Aprovechó para desvelarnos que en 2018 se rodaron escenas de Spiderman, para una entrega del héroe que llevará como subtítulo "Lejos de casa".
Una vez acabada la visita decidimos irnos a comer a Zaragoza, y de paso visitar la Basílica de Pilar, que no es que tengamos una devoción especial, pero nuestros orígenes aragoneses todavía nos hacen pensar que una visita a la capital sin ir al Pilar, es como poco visita...
Luego con nuestros amigos seguimos comentando la visita y a mí personalmente y después de tres visitas a las ruinas siempre me quedan dudas y preguntas que no logro responder con cierta coherencia a pesar de que visto algún documental y explicado desde el punto de vista militar las pueden tener.
La cúpula de una de las iglesias
De todas maneras en mi humilde opinión, y quizá equivocada, me sorprende la existencia de la cantidad de iglesias, conventos, incluido un seminario, edificaciones relevantes, establecimientos públicos, etc., sobre todo si tenemos en cuenta de que se trataba de una ciudad de apenas 3500 habitantes y Zaragoza estaba relativamente cerca.
Otra duda que tengo es porqué no se dejó de lado la ciudad por parte de las columnas republicanas y se siguió hacia Zaragoza, que parece era el objetivo. Hubiera sido lógico si como explican algunos solo se trataba de una maniobra de distracción para debilitar el frente norte de los sublevados, a la vista de que no les sirvió de nada pues ni se movilizaron tropas ni acudieron en ayuda de Belchite.
Y, probablemente lo más sorprendente, como es que habían acudido entre 3000 y 7000 soldados del llamado ejército nacional a la localidad unos días antes de que se produjese el ataque, y de donde salieron aquellos efectivos...
Como comprenderéis queridas paredes, algo tiene este episodio, algo tiene este pueblo y algo tiene esta historia de la batalla de Belchite que se me escapa.
Si alguna día lo descubro, pues todavía me queda algún viaje con otros amigos que están muy interesados en la visita, prometo contároslo.
Hay una visita nocturna que tiene un enfoque algo más esotérico y misterioso donde  igual esta la respuesta a todas mis dudas. Si soy capaz de convencer a mis amigos de hacer esta visita, me apuntaré pues con tres de día ya parece suficiente. No obstante me han comentado que este paseo nocturno con según que condiciones climatológicas, proporciona un cierto "susto" y no está recomendada para personas miedosas.
Lo recapacitaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bretaña y las Islas del Canal. Y parte Cinco

Nos despertamos, como casi siempre a buenas horas, o sea temprano y tras hacer el "check-out", por cierto que tenían todo el siste...