El grupo ya más o menos consolidado de los cinco (Marta, Luisa, Pili, J.Ramón y un servidor) salimos desde la estación de Delicias de Zaragoza hasta la de Atocha en Madrid, donde tras una muy buena programación cogimos un transporte que nos condujo hasta la terminal de Barajas desde la que salía el vuelo a Tashkent, capital actual de Uzbekistán.
Tashkent.
Madraza Barak-khan |
Esta, cuyo nombre vendría a significar Ciudad de Piedra, no es la ciudad con más valor artístico de las que habremos de visitar, aunque es la capital del país, que por resumirlo de alguna manera, primero fue islámico, luego un breve periodo chino, otro también breve dependiente del imperio mongol, finalmente del imperio zarista, que derivó en un país de la Unión Soviética hasta que por el año 1991 a la sombra de la desintegración rusa, se convirtió en un país independiente, y estableció su capital en el lugar que vamos a visitar en este primer día del viaje.
Chorsu-Bazaar |
Finalizada la comida y ya con la idea clara de lo que valía una cerveza, 50.000 yums, el grupo volvió al autocar para continuar la visita. Hay que decir que el grupo era menos numeroso que el del anterior viaje que hicimos a Polonia con esta agencia. Esto facilitó que nos conociésemos todos y todas algo más y ya desde el inicio hizo el viaje más placentero. Fuimos capaces de convivir y hasta alcanzar una buena amistad un "culé" y un "merengue" incluso hablando de fútbol. O sea que fabuloso.
Panadería |
Entre las muchas visitas para que dió de si esta excursión se encuentra la plaza de Amir Temur, donde se puede ver una estatua ecuestre del mismo Amir Temur, héroe nacional de origen mongol, aunque no descendiente de Gengis Khan como mantienen algunos de sus fans. Fue un gran soldado, un pelín sanguinario, pero en aquella época era lo corriente, que se considera el creador del país, aunque tuvo a bien que la capital en aquellos momentos fuese en Samarkanda, a la que dotó de suficientes medios para convertirse en una de la ciudades más bellas de la ruta de la seda. No pongo la foto que hicimos allí porque es bastante censurable...
Memorial II Guerra Mundial |
Bueno un galimatías en el que no encuentro la manera de ordenar, quien homenajea a quien ni si son uzbekos, soviéticos o las dos cosas. Dejo a la voluntad del posible lector de estas líneas el estudio de la historia de este país y de los tiempos en que todo esto ocurrió.
Ya con las pilas justas, que el día se hizo bastante largo después del escaso descanso entre avión y hotel fuimos a visitar algunas de las estaciones de metro más significativas de la ciudad. En este caso la influencia soviética es más que evidente.
Estación de metro |
Una vez finalizadas las visitas y después de una cena en la que no comí demasiado, pues ya he comentado que este aspecto del viaje no fue lo mejor, nos dirigimos al hotel de nuevo a un merecido descanso. De todas maneras esta escapada no era gastronómica, sino de otro tipo de cultura como la arquitectura y la historia de este país y de este trozo de la ruta de la seda que como veremos luego fue mejorando a medida que pasaban los días del recorrido. La próxima parada Samarkanda, posiblemente la ciudad más conocida de todo el viaje y por ende de la ruta de la seda.
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