Samarkanda
Se trata de la segunda ciudad en habitantes de Uzbekistán a la vez que capital de la provincia del mismo nombre. Tiene según los expertos una antigüedad de más de 2600 años y es además Patrimonio de la Humanidad, declarada por la Unesco en el año 2001. No obstante su mayor prosperidad y fama la alcanzó por ser una ciudad en el centro de la Ruta de la Seda entre China y el Mediterráneo.
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Madrasa de plaza de Registán |
Así pues, nos encontramos en la joya de la corona del viaje y de la Ruta de la Seda, aunque luego, como que "la vida te da sorpresas", visitaremos otras ciudades que aunque oficialmente no se acerquen a esta, a mí en concreto me dejaron un excelente sabor de boca y una sensación de gran descubrimiento. Pero eso será luego. Hoy estamos en Samarkanda.
Y Samarkanda es mucho pero sobre todo lo es la plaza de Registán, que según reza la wikipedia es "uno de los paisajes más fantásticos en el Asia Central, que definieron las reglas básicas de la arquitectura islámica entre el Mediterráneo y el subcontinente indio". Y es que resulta difícil explicar con palabras lo que es la plaza y las sensaciones que uno va experimentando cuando entra por primera vez en ella. Algunas imágenes he añadido de ella para tratar de mejorar lo que yo pueda escribir sobre la misma.
Pues bien, el Registán es una gran plaza que está rodeada por tres grandes madrasas, o dicho de otra manera universidades, así que la concentración de sabiduría y también de poder en el complejo era inmensa. Las tres son a cual más bella. Nos explicaron bien cuales eran los estudios que se impartían en cada una de ellas, pero obviamente no lo recuerdo, era demasiada información y aunque bien administrada el calor que se concentraba aquel día hacía difícil hasta pensar.
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Madrasa de plaza de Registán |
En cualquier caso por si algún lector despistado cae por este blog y quiere profundizar en el tema, añadiré que se trata de las madrasas de Ulugh Beg, Sherdar y Tilla-Kari.
Pasear por la plaza a plena luz del día y con un calor considerable ya es una gozada, mires hacia donde mires es una pasada. Y digo esto, porque este mismo día por la noche realizamos una visita de la misma por la noche, donde se podía disfrutar de un espectáculo de luz y de sonido increíble, incluso alguien nos dijo que habíamos tenido la suerte de disfrutar del mejor posible, pues hay uno dedicado al turista y el que pasaban hoy que estaba pensado para ofrecerlo a no sé qué autoridades venidas de no sé qué país y era más completo que el habitual. Bueno no sé si es una tomadura de pelo que nos hacen a todos los turistas, pues no creo que nadie vaya a repetirlo el día siguiente para comprobar la veracidad de lo que nos explican. En cualquier caso dos cosas: bonito no, lo siguiente que dicen ahora. Largo: también...
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Plaza Registán. Noche |
Acabado el espectáculo, no dirigimos al hotel con la sana intención de tomarnos un gin tónic o similar, pero no pudo ser, el bar estaba cerrado y tampoco era cosa de ir a buscar desesperadamente otro lugar, así que con una cierta resignación nos sentamos en las mesas de la terraza que seguían montadas aunque con escasa iluminación y sacamos algún agua y algún refresco de la máquina de "vending" de la recepción del hotel. No es lo mismo, pero para charlar un rato amigable y relajadamente vale.
Siguiendo con la visita de la ciudad, aunque de forma totalmente desordenada, que la memoria falla de vez en cuando es digno de mención el mausoleo Gur-e-Amir, dedicado al fundador y factotum del país en sus tiempos y donde evidentemente se encuentran sus restos mortales. El nombre significa Tumba del Rey y está muy bien conservado. De hecho fue restaurado por la Unión Soviética.
El mausoleo es un octógono coronado por una gran cúpula cilíndrica. Debajo de esa cúpula se encuentra la tumba del conquistador rodeada de cuatro o cinco más que no recuerdo de quien son. Según parece es el precursor y modelo de otros grandes edificios como el Taj Mahal en la India.
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Mausoleo Gur-e-Amir |
Otro de los monumentos espectaculares, no tanto por su arquitectura sino por la trascendencia científica del mismo es el Observatorio de Ulugh-Beg, un astrónomo, nieto del omnipresente Timur, también conocido como Tamerlán, que mandó construir un sextante astronómico de tres pisos de altura.
Era uno de los más grandes construidos nunca y digo era porque a los 30 años de su puesta en marcha fue destruido, al parecer deliberadamente.
No obstante, a principios del siglo XX fue desenterrado y sobre los restos que alguno quedaba se hizo una rehabilitación en los años sesenta del mismo siglo y los soviéticos montaron un museo donde pueden verse infinidad de documentos relacionados con la astronomía y de muy diversos países donde esta ciencia era especialmente estudiada.
Uno de los complejos monumentales que más me impresionaron de todo el viaje fue la Necrópolis de Shah-i-Zinda, que muchas personas, viajeros, turistas y expertos consideran uno de los más bellos monumentos de Samarkanda, que ya es decir.
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Necrópolis Shah-i-Zinda |
A groso modo, el complejo está en unas colinas cerca de la muralla a la que hay que subir por unas escaleras, no demasiadas, pero bastante empinadas. Se inicia con la tumba de un primo o familiar del profeta Mahoma que introdujo el islam en esta zona, aunque fue decapitado mientras oraba al parecer por unos infieles que no estaban demasiado de acuerdo con sus ideas. Lo que tiene de especial esta historia es que el susodicho cogió la cabeza en sus manos, descendió a un pozo y vivió allí hasta pasar a mejor vida.
Después, durante el gobierno de Tamerlán se convirtió en la necrópolis de su dinastía, conservandose en la actualidad más de veinte mausoleos a cual más bello. En ellos descansan, se supone, desde un amigo del astrónomo Ulugh Beg, hasta la madre de un emir, unos de los mejores generales del líder, pasando por uno de su segunda hermana y alguno más de generales y personas de primera fila de la sociedad de Samarkanda de aquella época.
Pero terminando esta entrada de la ciudad haré una referencia a la gastronomía de la zona, que lo cierto es que no me gustó especialmente y eso que es de agradecer el esfuerzo de nuestro guía y la guía local en buscar sitios para las comidas. A mi parecer todos los sitios que nos llevaron estaban muy cuidados, eran confortables y fuimos bien tratados. Hasta había uno que se llamaba "Manresa".
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