lunes, 28 de noviembre de 2016

Donde todo NO empezó...

No es que empezase todo en aquel "Seminario Conciliar de la Santa Cruz" de Huesca, ni en aquel año de 1966 cuando dí con mis huesos en aquel internado, creo que hoy en día es Escuela de Turismo. Lo que tiene su orígen allí es el nombre del blog "Loquens ad muros" o "Hablando a las paredes", como se prefiera.
Pues nada, que me explico. Teníamos en aquel entonces un profesor de latín, clérigo él, que había estado en Venezuela de misionero, con una tribu de indios, "los motilones", que luego se hicieron populares con una canción un pelín irreverente relacionada con Colon y los hermanos Pinzones y ciertos atributos masculinos.
El claustro interior
El profe era ya mayor y a su edad sumaba algunas secuelas de un tipo de enfermedad que padeció durante su época sudamericana, que posteriormente no he podido averiguar de que se trataba. En fin que una cosa u otra, o las dos, le conferían aparte del aire, una realidad palpable de despistado. Total que no se enteraba mucho si sus prolíficas parrafadas en latín llegaban y aprovechaban a un grupo de chavales, la mayoría de extracción rural y con unas ganas de jugar y reirse como en poco sitios he visto.
En este grupo en el que me encontraba, había algunos chicos especialmente fascinados por la televisión, que de hecho en España tenía nuestra misma edad o algo menos. Entre ellos recuerdo a Antonio, Miguel, Mariano, Jesús, Javier, otro Antonio, etc... que eran especialmente movidos, hoy serían probablemente TDAH (bueno todos no).
Así que en un recreo, es decir en solo media hora, decidieron montar en la clase del citado profesor un programa de televisión. Repartieron las tareas: el presentador, los cámaras, el director... y los figurantes que serían todos los alumnos de la clase. Para cámaras habilitaron unas partituras de música, algo más grandes que un folio, que debidamente enrolladas formaban un cilindro perfecto, por el que los "cámaras" miraban y enfocaban "los planos" que creían convenientes o les indicaba el director en cada momento del "programa".
Así empezó el programa o travesura o como queramos llamarle.
-Antonio, enfoca como entra el profesor, decía Miguel, director del invento.
El depósito, vigilante del patio de recreo
-Vean como se duerme en clase Jesús, decía Javier, presentador del programa.
-Atiendan como juegan a los barcos Pablo y Andrés, mientras el profesor habla de sus cosas.
En este tono continuaba el programa, durante la primera "emisión" o programa piloto, dirían ahora.
Así que antes del siguiente, hubo que buscar un nombre al programa, y se decidió a instancias de no sé bien quien de nosotros que el nombre sería en latín porque de latín era la clase... Y la verdad es que vino rodado el nombre "loquens ad muros" o "hablando a las paredes".
El profesor nunca supo de este programa que se realizaba enteramente en su clase. No obstante, supongo que por razones de audiencia, ya en aquellos tiempos, solo duró dos clases más (el capítulo uno y el dos...)
Hoy me queda un agradable recuerdo de aquel profesor que con todas las limitaciones (la suyas y las nuestras)  intentaba hacernos estudiar latín, cosa que siempre he considerado interesante, formativa y aportadora de cultura.

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