El Baztán desde el mirador |
Gracias a mis amigos encontramos una casa increíble en Ziga, con unos propietarios/encargados maravillosos que estuvieron durante los tres días del viaje facilitándonos la vida en toda su dimensión; reposo, alimentación, ocio, información y ... gintónics.
El primer día, Baztán se despertó con un niebla baja, que por suerte, no llegaba a la ventana de nuestra habitación y ofrecía un paisaje espectacular desde allí mismo. La primera opción del día que luego se repitió idénticamente los días restantes, fue el desayuno. Mesa llena de quesos, embutidos, panes diversos, tostados al gusto de cada uno (o sea que te lo tienes que hacer), zumo de naranja y otros líquidos, bollería y detalles dulces. Hasta ese momento todo bien y hasta habitual, pero en un momento aparece Julian (propietario/encargado) y pregunta:
-¿Pincho?
Me queda una cara de cierta sorpresa, pero rápidamente mi amigo me informa que además de lo dicho el desayuno incluye un pincho caliente. Memorable, solo diré por no retornar al asunto desayuno que uno de los días el pincho era huevo frito con chistorra...
El primer día, Baztán se despertó con un niebla baja, que por suerte, no llegaba a la ventana de nuestra habitación y ofrecía un paisaje espectacular desde allí mismo. La primera opción del día que luego se repitió idénticamente los días restantes, fue el desayuno. Mesa llena de quesos, embutidos, panes diversos, tostados al gusto de cada uno (o sea que te lo tienes que hacer), zumo de naranja y otros líquidos, bollería y detalles dulces. Hasta ese momento todo bien y hasta habitual, pero en un momento aparece Julian (propietario/encargado) y pregunta:
-¿Pincho?
Me queda una cara de cierta sorpresa, pero rápidamente mi amigo me informa que además de lo dicho el desayuno incluye un pincho caliente. Memorable, solo diré por no retornar al asunto desayuno que uno de los días el pincho era huevo frito con chistorra...
El basajaun |
Arrancamos con el coche hacia el bosque de Bertiz, previa parada en el llamado mirador del Baztán donde se puede apreciar todo el valle, con su pueblos y sus caseríos de forma impresionante, acrecentada todavía más por los bancos de niebla baja, que salpican pequeñas áreas del valle. Pasamos por Irurita, que será la sede de la comida posterior a la excursión y tras unos pocos kilómetros que en coche se pasan rápido, por unas carreteras bien asfaltadas y perfectamente decoradas por el paisaje que las rodea. Tras aparcar en un lugar ya destinado para ello al pie del bosque, nos ponemos en marcha a pie para iniciar un recorrido por el bosque.
El inicio es plano prácticamente y se va dejando a mano derecha un jardín botánico que formaba parte en su día del conjunto de un palacio (creo que Bertiz). El sol apenas penetra por las frondosas ramas de los árboles y se tiene una sensación de humedad bastante intensa. A medida que vamos avanzando en el paseo, el camino se va empinando y los rayos de sol se empiezan a colar con más claridad en el sendero. Se agradece todo un poco, el sol y la humedad. Una vez alcanzada la cota más alta del paseo se hace una media circunferencia al mismo nivel antes de iniciar la bajada. Aquí el suelo esta lleno de hojarasca típica del otoño, con musgos verdes que rodean las piedras y les confieren la suficiente humedad como para ser resbaladizas. Entre los múltiples árboles que nos rodean, algunos troncos que se mantienen en pie, sin ramas o cortadas por el tiempo y que la única vida que les queda es la de la capa verde de musgos o líquenes que les rodean. Vistos desde lejos bien podrían parecer un "basajaun".
El paseo |
Ya de bajada, el camino se hace más amable y por momentos se convierte en un paseo cubierto, con mucha más amplitud y que recuerda uno de esos paseos de los grandes jardines que en el mundo existen. La fugaz visita al exterior del palacio bordeando el jardín botánico nos deja de nuevo en el aparcamiento, con punto de información turística y tienda de "souvenirs" incluida.
Otro poco de ruta en coche, y merecida comida en el lugar ya previsto, de donde me llevo el magnífico recuerdo de unas "alubias rojas con tocino".
Vuelta a casa, siesta digestiva? y reparadora y a esperar la nueva salida de mañana.
Por cierto a la noche, cena excelente de Merche (propietaria/encargada) de "nuestra casa" y gintónic o güisqui con hielo, según preferencias. Bona nit!!!
Otro poco de ruta en coche, y merecida comida en el lugar ya previsto, de donde me llevo el magnífico recuerdo de unas "alubias rojas con tocino".
Vuelta a casa, siesta digestiva? y reparadora y a esperar la nueva salida de mañana.
Por cierto a la noche, cena excelente de Merche (propietaria/encargada) de "nuestra casa" y gintónic o güisqui con hielo, según preferencias. Bona nit!!!
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