domingo, 8 de septiembre de 2024

Polonia. Ciudades. Parte Dos

Como corresponde tras un descanso perfecto, desayunamos de manera bastante copiosa y después de poder observar a algun@s de los compañeros de viaje comportarse algo impresentablemente, nos dirigimos al autocar para llegar al nuevo destino del tour.

Auschwitz-Birkenau
Auschwitz-Birkenau

No se me ocurre ni como empezar a hablar de este destino, que siendo imprescindible en el viaje, se hace bastante cuesta arriba por lo que significa hoy en día, lo que significó en su día y esperemos que para generaciones venideras signifique algo también.

Lo cierto es que desde el momento que llegas se respira un ambiente algo tenso, con un silencio que no recuerdo de ninguna visita a monumento alguno de los que he podido ver en el mundo, si exceptuamos la zona 0 de N. York después del 11-S. Luego hablar de este campo de concentración y de exterminio se hace difícil pues seguramente todo está ya dicho.

Lo que puedo decir es que todo es impactante, las estancias, los exteriores, las zonas de exterminio, etc. A mi personalmente me dejó en fuera de juego ver todos los restos biológicos (pelo principalmente), los zapatos, las maletas, las prótesis, etc, que se conservan a modo de museo en algunas de las salas. No es que no me impactaran las cámaras de gas y los crematorios, pero eso me lo esperaba.

Y ya haciendo un poco más de reflexión, que esto que ocurrió en aquel tiempo no haya calado más en la población. Algo se ha explicado o se explica mal de todo aquello a nuestra sociedad o bien la capacidad de olvidar del ser humano es altísima, sino no se entienden estos auges actuales del ideario que llevó a esta catástrofe. En fin... 

Plaza del Mercado. Wroclaw
Después de la visita acudimos a tomar un refrigerio, que por volver un poco al tono de estas entradas estaba compuesto por una sopa y otro plato totalmente inidentificable. Yo pude descubrir una food-track o como se llame, cerca del aparcamiento y me comí un magnífico "bikini" de jamón y de queso. Me supo a gloria aunque la verdad es que no mataba.

Breslavia (Wroclaw)

El viaje hasta Breslavia, la siguiente parada de nuestro periplo fue bastante tranquilo, sin prisas pero sin pausas llegamos a nuestro hotel, bastante céntrico hay que decir y tras las consabidas gestiones de ingreso en el mismo, sin perder demasiado tiempo nos lanzamos a descubrir una ciudad preciosa y además a primera vista muy bien cuidada, cosa que pudimos comprobar que así era también el día siguiente.

La ciudad, una de las más importantes de la Polonia medieval, fundada en el siglo XI con un desarrollo muy potente sobre todo por la presencia de una diócesis católica, ha sufrido avatares diversos hasta la actualidad. En el siglo XIV se convirtió en germanófona, a pesar que allí se conservaban los primeros incunables en polaco, hasta que en el siglo XV pasó a formar parte del Ducado de Austria, para finalmente en el siglo XVIII ser incorporada al imperio alemán convirtiéndose en la sexta ciudad de Alemania. 

Por finalizar esta explicación, acabada la II Guerra Mundial en que fue duramente asediada, tras los acuerdos de Postdam, se convirtió de nuevo en ciudad polaca y toda la población germana fue expulsada, repoblándose con polacos de otras zonas y ucranianos emigrados tras la contienda.

Cata? de cervezas
Ya en la historia más reciente (1981) nació un movimiento en la ciudad que se llamó Alternativa Naranja, inspirado en corrientes artísticas pero que acabó convirtiéndose en una forma de protesta contra el comunismo. Primero fueron carteles con dibujos de gnomos con el sombrero de color naranja y posteriormente esculturas pequeñas de los mismos ataviados con vestidos y enseres de todos los oficios (profesores, médicos, escritores, trabajadores de la construcción, funcionarios, pintores, militares, etc. etc.) que significaban el apoyo anticomunista de toda la sociedad. Hoy en día son más de trescientos y uno de los entretenimientos turísticos es tratar de localizarlos todos en un mapa que te proporciona la propia oficina de turismo de la ciudad.

Pues dejando ya un poco la historia y después de la preceptiva cena con sopa, puesto que no nos daba tiempo de ir a un fuente iluminada en un famoso porque cerraba temprano, decidimos ir a pasear por las zonas ya visitadas a la tarde, principalmente la plaza del mercado, centro neurálgico de la ciudad, donde había un ambiente festivo excelente, con mucha gente en la calle, y eso que era miércoles.

Después de algún debate sobre por dónde y a dónde ir, un clásico en nuestros viajes, alguno se mosqueó, poca cosa por eso, y se fue de paseo por otra calle distinta a los otros. Total para volver a juntarnos todos otra vez en menos de quince minutos. La llamada de una buena cerveza en una buena terraza es algo que en este grupo une más que la cola de carpintero.

Y lo cierto es que las cervezas estaban buenas y te permitían de una sola consumición probar varios de los muchos tipo que tienen en este país. Dejo constancia gráfica de lo dicho.

Bien reconfortados y después de hacer algunas fotos a unos pocos gnomos que nos fuimos encontrando, volvimos al hotel a descansar, pues el día siguiente ofrecía visita guiada por la ciudad.

Ayuntamiento al fondo
Tras el ritual del desayuno y traslado en autocar desde el hotel al lugar donde comenzaba la ruta a pie, previa comprobación que los impresentables sean de donde sean no mejoran en un día, a instancias de nuestro guía comenzó el concurso de ver quien descubría más gnomos en el paseo. Yo, y creo que nuestro grupito nos dedicamos a verlos y admirar el arte que tenían los autores, pero sin contarlos... total el premio era una comida con sopa de primero...

Durante el paseo por la zona antigua y muy cerca de la iglesia de la Virgen María, el Seminario y la zona de al lado del río, comenzó a llover con cierta intensidad, lo que nos permitió conocer un mercado de abastos bien interesante, aunque en realidad la intención de la visita al mismo era protegernos de la lluvia.

Después visitamos la zona de la Universidad y un edificio adyacente que sirvió en su tiempo de prisión y centro de torturas destinado a los que no tenían claro cual era la fe verdadera. Con el tiempo nublado pero ya sin lluvia y por unas pintorescas callejuelas, llegamos a la plaza del Mercado, donde a parte de todos los edificios que la rodean excelentemente conservados pudimos ver el espectacular ayuntamiento de la ciudad.

Comida reparadora con sopa, no me cansaré de decirlo, fue casi como una tortura, y tarde libre para seguir visitando todas las iglesias, monumentos y resto de atracciones que la ciudad ofrece, sin prisas pero también sin parar un momento, hasta la hora de cenar donde como un día de la marmota todo vuelve a repetirse: sopa e impresentables.

Antes de retirarnos a descansar, aún nos dio tiempo de "echar un arranque", alguna café, otra un "licor típico" de la zona y el resto gintónics, que estaban bastante buenos. Mañana ruta hasta Poznan, centro industrial y académico de la actual Polonia.

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