viernes, 13 de septiembre de 2024

Verano del 24

Ya bien entrado el mes de julio porque el viaje a Polonia ha sido los primeros días del mes y luego hubo que recuperarse y recuperar las maletas y enseres que habíamos utilizado para el mismo, empieza la aventura veraniega de cada año, con el viaje a Villanueva y la instalación en la casa para las próximas semanas (comprar, ordenar, limpiar y programar actividades).

Una vez cumplidas las obligaciones, el día 18 de julio nos desplazamos a Albalatillo para participar en las fiestas de Santa Margarita. Como casi siempre están sembradas de comidas, almuerzos y cenas y es que parece ser que repartir condumios es una garantía de éxito para los eventos programados.

Fiestas de Albalatillo
Las fiestas se inician con el preceptivo pregón, este año a cargo de María Josefa, una albalatillera que ha hecho toda su vida en el pueblo. Emocionante el orgullo con que lleva ser del mundo rural y emocionante como lo describe. Sin duda lo conoce mejor que nadie y de primera mano. Un fuerte aplauso para ella.

Después el tradicional pasacalles con la charanga con paradas en cada peña para degustar el magnífico melocotón con vino que cada una elabora para la ocasión. En este no puede faltar el "remojón" típico con el fin de que todos vayamos mojados por dentro y por fuera. La verdad es que se agradece. Casi sin tiempo para secarse o hacer el mínimo reposo se pasa a una cena comunitaria en la plaza del pueblo a base de bocadillos de diversas clases, acabando de regar con el tirador de cerveza que la comisión de festejos pone a disposición de todos los vecinos. Normalmente se acaba la noche con música y algún gintónic.

El día siguiente se empieza temprano con el tiro al plato. Acudimos los fijos de cada año, cada vez menos público y menos tiradores a pesar del cebo del almuerzo de tenedor que preparan cada año. Un vermú discreto y a comer con la familia. La tarde, tras la reparadora siesta discurre entre juegos de mesa y algún gintónic antes de la cena. Luego el baile, la charrada con los amigos y de madrugada a descansar.

El día de la Santa, ya se sabe, misa y procesión, vermú y comida con toda la familia para celebrar el santo de mi hermana. Este año nos reunimos unos 16 para los que hubo pica-pica y brasa. Luego poco a poco se fue pasando el día y el siguiente, también repletos de actividades, música, comidas, charradas nocturnas, no sé si algún baile, que creo que no y descansos necesarios.

Fiestas Villanueva de Sijena
Este año, nada más acabar la fiesta volvimos a Terrassa pues nos teníamos que hacer cargo del canguro de Claudia (el Casal donde iba cerraba la última semana de julio) pues sus padres trabajaban hasta finales. Lo cierto es que disfrutamos de ella con sus ocurrencias e ideas que ya empieza a tenerlas.

Desde allí y sin solución de continuidad nos metimos en la Fiesta de Villanueva y tras el preceptivo remojón en la plaza de arriba, la presentación de las mairalesas (este año son solo infantiles...) y el correspondiente pregón, a la Peña a tomar los primeros gintónics o lo que sea, que este año el güisqui ha llevado un buen apretón.

El día siguiente era el día del salmorrejo, por lo que a actividades peñísticas se refiere, aunque también hubo más actividades, como cada año nos eliminaron del campeonato de guiñote, esta vez a la segunda ronda, y el resto de programa que no voy a enumerar de acto en acto.

Como digo entre Marta y Luisa se encargaron de las viandas para el evento y un servidor que cada año hace menos, pues me dejaron preparada la longaniza, la tortilla en trampa, los huevos fritos y los ajos ellas dos, se dedicó a vigilar el guiso. Este año Pili Porta ha estado delicada y aunque hicieron con Pedro el esfuerzo de acompañarnos, no acabó de disfrutarlo. Haremos otro en cuanto te encuentres bien, que es lo que deseamos toda la Peña.

La fiesta fue avanzando, con los eventos más o menos típicos y alguno novedoso y nosotros participamos aunque sea de público en la mayoría de ellos (autos locos, ronda de peñas, traineras, etc.). En lo que sí participamos fue en la cena de alforja que se celebra en la plaza y que cada vez me gusta más pues es una manera de verte prácticamente con todo el pueblo. Aunque personalmente me parece que un poco más de organización en el evento iría bien, creo que en la balanza pesa más el divertimento. Supongo que poco a poco iremos a mejor, porque el deseo sería que se siguiera haciendo.

Corral de comedias de Robres
Durante estos días nos han acompañado en casa Roger, Izarbe y Carlos y en algún momento nuestro nieto nos ha acompañado mientras sus padres estaban a otros entretenimientos. Un par de días también comimos con la familia, por cierto una paella de marisco buena y abundante que encargamos al restaurante Monegros de Sariñena. Ciertamente recomendable.

Una vez acabadas las fiestas oficiales en que participamos en la medida de lo posible vienen los otros festejos que si no existen, nos los montamos nosotros. En primer lugar los cumpleaños, el de María Luisa, que este año le toca número redondo, el de Lourdes, el de José Ramón, etc., en los que siempre cae una cena u otra celebración parecida. Casi todo sucede sentados en una mesa.

También en este periodo pasaron un par de días en casa Mónica, Manel y Claudia, haciendo escala intermedia en su viaje al País Vasco. Aprovechamos para comer con ellos y disfrutar también de su compañía en días de vacaciones.

Y este año no pudo faltar tampoco la tradicional cena en Huesca con motivo de las fiestas de San Lorenzo. Fue en el Fontao, un restaurante gallego en el que cenamos de lujo, a pesar de que como todos este año estaba a tope de personal. La anécdota de este año la protagonizó la lluvia: una tromba que nos tuvo encerrados en el coche durante casi una hora. No había coj..... de salir de dentro. Por suerte pasó y previa compra de paraguas y hasta zapatos cerrados en "un chino" pudimos dar una vuelta.

Cualquier excusa es buena para cenar juntos (los de la peña quiero decir) sea en casa, en la piscina o en el club y por seguir con las cosas irrenunciables durante el verano, Marta nos preparó la caracolada de turno tan buena como siempre y de la que dimos cuenta en la Peña. (O fueron dos caracoladas...)

Museo de Huesca
Y como no solo de pan vive el hombre y la mujer, también dedicamos un espacio al alimento del alma, con eventos culturales y museísticos. Fuimos a visitar una exposición de una pintora/escultora senera, que hizo gran parte de su carrera en New York y ahora en su jubilación se ha vuelto a vivir a Sena donde sigue ejerciendo su profesión y vocación y dispone de una sala de exposiciones en la que atiende gustosamente a los visitantes que recibe.

Aprovechamos la visita al pueblo vecino para ver el museo de oficios, obra de un particular que se deja las cejas y el dinero en mantenerlo vivo y además creciendo en tamaño y elementos expuestos. Todo un viaje a nuestra niñez, pudiendo reconocer aparatos, juguetes, utensilios de casa y del campo y hasta vehículos que nos llevan a esa edad de la vida en donde dicen que están las raíces, o sea la infancia.

También pudimos asistir a un magnífico concierto de alumnos chinos de una escuela de música que creo que por segundo año consecutivo visitan Los Monegros. El evento tuvo lugar en la entrada de la iglesia de Villanueva, donde en un piano de cola nos fueron dejando muestras de la maestría musical que van adquiriendo y también un poco con la boca abierta por las edades y las piezas a las que se enfrentaron.

Todavía hubo más cenas, solo porque sí, sin necesidad de motivos para ellas, a no ser que se considere motivo estar más cerca del lugar de celebración de los gintónics nocturnos que tampoco faltaron este año en las post-fiestas. Por cierto que creo que Marta ha adquirido unos magníficos rabos de toro, que tendremos que comernos antes de que llegue el invierno. Digo yo.

Ya en un plano más personal, también durante este verano hemos podido tener alguna actividad, siempre con mesa después de la misma. Hemos ido a las fiestas de Robres a visitar el magnífico Corral de Comedias que han inaugurado y pasar unas horas con nuestros amigos Antonio y Carmen, a los que recuperamos hace unos años, después de más de cuarenta sin vernos, desde el Seminario de Huesca. Tras la recuperación nos vemos un par de veces al año.

Restaurante Roda de Isábena
En la misma línea, también fuimos a comer en Huesca, después de ver el museo provincial con Marisa y Mariano, un compañero de la Facultad con el que casi hacía treinta años que no nos veíamos, con el que contactamos a través de una iniciativa suya de reunir al equipo de fútbol de la Universidad de la época de estudiantes. En Octubre haremos una comida para la que la mayoría de nosotros estamos tremendamente ilusionados.

Y ya finalizando el verano recibimos a nuestros amigos viajeros (los que han visitado todos los países del mundo mundial) y aprovechamos para enseñarles cosas que no han visto en su larga experiencia viajera, como la Colegiata de Roda de Isábena y sobre todo el espectacular comedor en el claustro, lo que fue el refectorio de los frailes cuando allí existieron. No puedo dejar de recomendar las pochas que me sirvieron.

Así se fue acabando este verano del 24 y aunque la narración del mismo haya dejado cosas fuera seguramente por olvido o porque todo no cabe en una entrada, creo que sí deja una idea más o menos aproximada de como ha ido todo. Pero la fiesta no se acaba, que nos quedan algunas experiencias gastronómicas y sociales más antes de que el frío se apodere del entorno y echemos en falta el calorcito de estos días. 

Por cierto, que como pasa el tiempo, al llegar al trabajo me han dado el catálogo de los lotes de Navidad de este año para hacer el pedido... (Tempus fugit, que diría José Ramón).

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