jueves, 7 de noviembre de 2024

100 contra 10.000. Más que una comida

Año 1976

Maza, Benedicto, Atarés (Albalatillo), Leciñena (Pelarda), Del Valle, Ojeda, Frauca (Jabalí de Peñalba), León, Rojas (Waldo), Franco, Sampietro (Champi), Pallarés, Golvano, Bujanda (Buji) y Lara, bajo la dirección técnica de Valentín (Botijo) ayudado por José Luis (Josele) y Pedro (Pericón) aterrizan en Barcelona como campeones de fútbol de los Juegos Universitarios de la Universidad de Zaragoza. Y este es el origen de esta entrada. Un grupo de desalmados universitarios de diversas especialidades, que había conseguido un sueño y que seguía soñando con otro, se trasladó a la Ciudad Condal, al Hotel San Agustín de la plaza del mismo nombre para luchar contra los correspondientes "molinos de viento" cada uno con su quijote particular a cuestas. 

Barcelona 1976
Total que no pudo ser, pero lo bien que lo pasamos, lo que reímos y lo que nos ha dado de sí la aventura no tiene precio. De hecho, este viaje, un póster y el empeño de algunos es lo que nos ha traído hasta ahora y aquí...

Año 2024

Mediados de junio. Mariano recupera el dichoso póster relacionado con las vicisitudes que padeció (o mejor dicho disfrutó) el equipo para llegar a aquel desembarco en Barcelona. Y tiene una de esas ocurrencias que luego se convierten en un gran logro para la humanidad: reunirnos a todos. Sabe de antemano que la tarea es casi imposible pero el ADN de estas tierras de Aragón marca de una manera casi irrefutable la terquedad (cabezonería) de sus hijos, así que con ella a cuestas y con un trabajo "del copón" se pone en marcha a la aventura.

A medida que va contactando con unos y otros, la idea toma sentido porque todo el mundo está de acuerdo en sentarnos a una mesa (de comer) en Zaragoza, después de Pilares. Los agradecimientos los dejo para el final de la entrada pero a los organizadores hay que doblarselos pues casi consiguen el milagro, que es contactar con casi todos. ¡Casi nada!

Total que por falta de contactar con algunos o por alguna otra circunstancia, la organización consigue citar y confirmar la asistencia de 15 elementos del equipo, que nos damos cita a media mañana en la Plaza de San Francisco en la puerta del Colegio Mayor Cardenal Xavierre: La idea es clara, antes de ir a comer la Directora del Xavierre nos recibirá, de forma no oficial y nos dejará dar un paseo por las instalaciones que conocimos en su día y que hoy algo cambiadas estarán. ¿Quién o qué resiste 48 años sin cambiar?

El dichoso poster
Pues lo dicho, que los que sí hemos cambiado somos nosotros, porque el edificio desde fuera parece no haber notado el paso del tiempo. Nosotros algo sí. Porque a medida que vamos llegando a la plaza, y aun contando con la ventaja las fotos del WhatsApp las reacciones en general van de unos segundos de sorpresa cuando te ves delante de algunos de los compañeros a un fuerte abrazo con las risas consecuentes. Resumen: el reencuentro una gozada.....

Poco a poco vamos llegando todos al punto de encuentro, muy emocionante porque aunque en nuestros cuerpos se notan las cicatrices del tiempo y de la vida misma, nuestras cabezas no han cambiado demasiado y al menos yo, el carácter y la manera de ser que voy percibiendo en todos nosotros se asemejan bastante al recuerdo que tenía de hace 48 años: vamos que el que era movido, sigue movido, el serio, serio, el travieso, travieso, el callado, callado y así hasta nuestro "jefe" particular, Valentín, que lo escuchas hablar y al menos en los temas que nos ocupan de todos de aquellos años parece que no ha pasado ni una semana.

Entremezclados con padres e hijos, que hacían la primera comunión, entramos al hall del colegio, donde lo primero que ves es que el espacio donde estaba el Conserje (Segundo, se llamaba uno si no recuerdo mal) ha desaparecido y está más metido en el recibidor. Y sobre todo el "reino de Tomás", donde tanto jugamos al mus, al guiñote y otros entretenimientos y donde tomamos día sí y día también cafés y cortados, extrañas tapas y bocadillos, algunas cervezas y hasta alguna copichuela de espirituosos, había desaparecido y estaba convertido en sala de profesores, creo... No soy nostálgico, pero que gran pérdida.

Desde allí al patio donde se accedía sin barreras arquitectónicas, pero la congregación ha hecho algunas modificaciones (que listos que son), han subido el patio unos metros y han bajado otros metros el gimnasio de manera que les ha quedado dos pabellones, uno cubierto y otro al aire libre, todo en la misma superficie.

Luego subimos en los ascensores hasta la planta quinta, donde a parte de las habitaciones (la mía estaba allí), pudimos visitar la sala de televisión, algo recortada con respecto a como era en nuestros tiempos de colegiales. Tanto centro de cultura y ciencia como era el colegio y en aquella sala había tortas para conseguir un buen asiento para ver cada sábado, creo que era, la famosa serie Heidi. Recuerdo que el año de novato no podías sentarte en las tres primeras filas, reservadas para los veteranos.

Zaragoza 2024
El siguiente destino fue la biblioteca del colegio, en la que algunos pasaban largas horas estudiando. Eso dijeron este día, pero mi recuerdo es otro... aquella dependencia se pisaba lo justo. Yo reconozco que ni me acordaba de su existencia. En cualquier caso aprovechamos para hacer una fotografía más o menos formal del grupo en la que se puede apreciar que nada ha cambiado..., de la biblioteca quiero decir.

Desde allí, ya con la visita más o menos concluida, nos despedimos de la Directora y nos dirigimos a unos 30-40 metros por la puerta lateral de acceso a la zona deportiva a  la terraza de una cervecería, que en su momento creo recordar que fue la Librería Pórtico, donde se pusieron algunas bombas de diversa potencia por vender libros "de rojos" en la época de la transición, o incluso previamente a ella. Allí despachamos unas cañas antes de la hora de la comida en La Bodega de Chema, también a escasos metros del Xavierre.

La comida no era más que la excusa para estar juntos, comiendo, bebiendo y riendo, cosa que hacemos casi también como jugar al fútbol. Unos buenos entrantes entre los que a mí me gustó especialmente un huevo poché trufado y luego el segundo a elegir. Yo tomé cabrito al horno, bueno, pero un poquito entrado en edad (adolescente ya), pero como decía esto es intrascendente con el objeto de la comida.

Vinos y alguno cava para pasar el condumio y luego cava para brindar por todo un poco, por lo bien que estamos, por la alegría del reencuentro, por los recuerdos sin nostalgias y en definitiva por vivir que eso es de lo que se trata. 

No podía faltar un merecido homenaje a la persona que fue capaz de amasar todos los elementos disponibles hace 48 años convirtiéndolos en algo parecido a un equipo de fútbol y por lo visto en el día de hoy, en un grupo de amigos con sólida cimentación.

Así pues en nombre de todos los presentes y también de los que no pudieron venir se le hizo entrega a Valentín de la placa que rezaba el siguiente mensaje: 

Valentín con el recuerdo del encuentro

"En agradecimiento a Valentín de Torre, entrenador de fútbol. Por conseguir con su locura convertir a un grupo de modélicos universitarios, en una banda de desalmados que tuvieron la osadía de, contra todo pronóstico, ganar el campeonato de fútbol de la Universidad de Zaragoza. Y porque gracias a aquella gesta del siglo pasado hemos conseguido reunirnos en esta fiesta en Zaragoza, a 26 de octubre del año del señor 2024. Equipo de fútbol del CMC Xavierre de 1976".

Como era de esperar, nuestro amigo y "coach" que dirían en plan moderno se emocionó y no paró de dar las gracias a todos con la voz casi temblorosa por el momento vivido. Por si no te lo dijimos en su momento, yo aprovecho para decir que era lo mínimo que podíamos hacer por tu dedicación e implicación en esta empresa y ese sueño que decía al principio.

Ya después de la comida con todas esas emociones decidimos ir a tomar un "gintónic" o similar a un local justo enfrente del restaurante, donde según alguno de la expedición  acudían regularmente chicas a tomar algo. Ni que decir tiene que las cuatro "chicas" que allí estaban desaparecieron al instante cuando vieron entrar a semejante banda de "carcamales" con intenciones poco claras.

En honor a la verdad hay que decir que al rato de estar en el bar fueron acudiendo más "chicas", aunque no sé si fue porque vieron desde la calle que estábamos nosotros o porque era su lugar de reunión habitual. Quiero pensar que fue por lo primero. 

Luego yo, ya tuve que regresar al pueblo por otros compromisos y no sé cómo acabó la "fiesta", así que si alguno de los que os quedasteis y que además podéis leer esta entrada, os animais a completarla a través del apartado de "Comentarios".

Pues fin de un día maravilloso, o cojonudo, o como queramos llamarlo, y esperanza  con cuenta atrás para la celebración del próximo en Logroño. Luego vendrá Teruel y otras localizaciones.

Por cierto, gracias a todos por todo.

sábado, 28 de septiembre de 2024

Alcalá de Henares en un suspiro...

Cualquier momento es bueno para que un@s "jubiletas" preparen y lleven a cabo una escapada, sea primavera, verano, invierno u otoño, y sea larga, mediana o corta, o incluso como la que nos ocupa en este momento sea "un suspiro"...

Después de un viernes y sábado bastante intensos en cuanto a actividad gastronómica se refiere pues a parte de comer en Fraga con Pili, que ya se encuentra algo mejor y Pedro, los cinco viajeros nos pusimos las botas cenando el rabo de toro que Marta cocinó para nosotros y que como casi siempre que lo hace estaba espectacular. Luego los gintónics fueron más breves de lo habitual pues había que madrugar, que los casi 400 km de viaje no nos los iba a perdonar nadie.

Palacio del Infantado
A las ocho de la mañana, dentro de lo que es nuestra puntualidad, o sea un poco más tarde, pusimos rumbo a Alcalá de Henares, aunque con diversas paradas intermedias. A nuestra edad es más que conveniente hacer paradas técnicas para evitar complicaciones posteriores al tiempo que sirven de higiénicas y cómo no, también para avituallamiento de los cuerpos, que el desayuno de antes de la salida fue eso, romper el ayuno sin más.

La primera parada fue en el mesón El Asturiano, cerca del pueblo de La Muela en Zaragoza, famoso por la cantidad de molinos aerogeneradores que rodean todo el municipio, al que han hecho rico, aunque como demasiado a menudo ocurre en este país salpicado por sospechas y hasta certezas de corrupción entre los ediles municipales y empresarios de diversa índole. La idea no era hacer política sino explicar que el almuerzo de tenedor para mí, dulce para otras y ausente para otro, por una ligera indisposición, me resultó bueno y abundante.

Guadalajara

Sin mucha pérdida de tiempo y a la velocidad que las leyes permiten, nos presentamos en Guadalajara donde pudimos aparcar casi frente al Palacio del Infantado, que era la primera visita que teníamos prevista en la ciudad. Esta sería una constante a lo largo del viaje, encontrar siempre aparcamiento delante de lugar de destino. Según algunos "pura suerte" y según otros "actitud positiva".

Se trata de un palacio construido en el siglo XV en el mismo lugar donde se encontraban las casas del primer Mendoza, en estilo gótico isabelino con elementos renacentistas. Desde que en el siglo XVI, se casaran aquí Felipe II e Isabel de Valois, fue sufriendo distintas vicisitudes hasta llegar a la actualidad.

Hasta el siglo XIX, tras años anteriores haber sido abandonado por los Mendoza, no se produjo nada, excepto deterioro del palacio, por lo que fue cedido al ayuntamiento. Por ser breve después pasó a manos del Ministerio de Defensa, y tras ser bombardeado ya en el siglo XX en la guerra civil y abandonado por dicho ministerio pasó a manos de la Diputación provincial, que preparó un plan de rehabilitación. Finalmente esta, no sin diversos avatares acabó el 2017 y es como podemos verlo ahora, ya en el siglo XXI. A destacar las balconadas exteriores, el patio interior y los artesonados mudéjares, de los que solo queda una muestra, pues los restantes fueron destruidos en la guerra.

Panteón Duquesa de Sevillano
Aún nos dio tiempo de visitar la concatedral de Guadalajara en un paseo antes de ir a comer a uno de los lugares que habíamos preseleccionado, y en el que perdimos el tiempo justo pues aún teníamos que ver algunos monumentos de la ciudad. Tras recoger nuestro coche nos dirigimos a la Iglesia de San Ginés, aparcando casi en la misma puerta del templo. Acabada la breve visita nos dirigimos al Panteón de la Duquesa de Sevillano, aparcando en la puerta del parque que da acceso al mismo.

El edificio fue mandado construir por la referida duquesa, de nombre María Diega Desmaissières y Sevillano, y se trata de un edificio majestuoso de estilo ecléctico historicista, muy común en el siglo XIX, decorado con mosaicos bizantinos y capiteles mudéjares. Allí está enterrada la duquesa y otros familiares.

Alcalá de Henares

En pocos minutos nos plantamos en la ciudad de Alcalá de Henares y como ya es habitual en este viaje sitio libre en la puerta de nuestro alojamiento en el único espacio que había vacante en toda la calle y donde ya dejamos a nuestro particular Rocinante para el resto del viaje. Después de los trámites habituales y un escaso reposo cada uno en su habitación y una vez finalizado el partido del Barça, que pudimos ver gracias a la tecnología que dispone José Ramón, llegó la hora de reponer fuerzas pues ya estaba entrando la noche.

El lugar escogido de entre los preseleccionados fue la Taberna Indalo. Todo un acierto, aunque en primera instancia estuvimos a punto de descartarlo por la cola que había para pedir mesa. Un breve subterfugio de Maripili con una de las camareras nos ayudó a tener mesa antes de lo previsto, aunque no fuera en el interior del comedor sino en el bar. La comida muy buena, sobre todo los torreznos y los calamarcitos a la andaluza (alguno un poco duro), colmó nuestras expectativas que nos llevaron al apartamento que nos alojábamos, donde hicimos un breve gintónic pues teníamos un tour programado al día siguiente.

El punto de encuentro de la visita fue la estatua de Cervantes en la plaza del mismo nombre, centro neurálgico de casi todo en esta ciudad cervantina, que eso ya lo dice todo. El grupo formado por nosotros cinco, dos parejas y un trio, previo mitin en favor de autónomos y contra el ministerio de Trabajo y quejas por el intrusismo de guías de turismo que no lo son pero se hacen pasar por ellos, empezó con la visita de varios de los elementos cercanos a la misma plaza. 

Universidad Alcalá de Henares
El antiguo ayuntamiento (hoy McDonalds), el Círculo de Contribuyentes (que fue de todo hasta el Casino que hay actualmente y en el que pudimos degustar unas excelentes viandas por indicación de la guía y tozudez de nuestra compañera de viaje Maripili), las ruinas de la Iglesia Santa María la Grande, la torre de Santa María (que no subimos porque se hizo tarde) y finalmente un pequeño paso a la Universidad de Alcalá, desde el que puede verse la puerta por donde salían con orejas de burro los doctorandos que no acababan de aprobar su tesis.

La Universidad de Alcalá, también llamada Complutensis y Cisneriana, fue fundada en el año 1499 por el Cardenal Cisneros, pasando por sus aulas personajes como Quevedo, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón, Jovellanos, Ignacio de Loyola y otros más que me olvido y no busco por no hacerlo muy largo. Esta formada por una magnífica fachada que compite con la de Salamanca, aunque a mi parecer con poco éxito, incluso en algunos "animalicos" que adornan sus capiteles y que has de descubrir sino no aprobarás nada en tu carrera. En este caso es un cerdito, difícil de localizar eso sí. 

Los patios interiores de la manzana que la conforma son espectaculares, especialmente el de Santo Tomás de Villanueva, hasta el punto que podrías quedarte tranquilamente a tomar un vermutito sin ruidos ni estrés que valga. Aquí se puede ver de cerca la puerta de salida que comentaba de los doctorandos.

A continuación, circulamos por la Calle Mayor, la más larga de las porticadas de toda España, con infinidad de oferta gastronómica y comercial, incluida una "Cachopería" que luego a la noche pudimos probar con excelente resultado. También pasamos por la casa natal de Cervantes, que se convirtió luego en el símbolo de la ciudad, todo y que solo vivió cuatro años en ella.

Circulando por calles más o menos peatonales, llegamos al museo arqueológico, que estaba cerrado y al palacio episcopal, un magnífico edificio que nos recomendaron visitar por la noche que al parecer gana mucho con la iluminación que se le ha dado.

Universidad
Ya acabando el tour con un calor exagerado para la época del año y para las previsiones meteorológicas que teníamos, llegamos a la plaza de los Santos Niños, Justo y Pastor, donde se encuentra la Catedral que parece ser que comparte con otra de Bélgica, el privilegio de ser las dos únicas del mundo que tienen la categoría de "Magistral". Por aclararlo, parece ser que todos los miembros de la curia de la catedral han de ser doctores en teología, al menos esa es la teoría, pero luego y como que casi todo en la vida tiene un transfondo económico resulta que si eran doctores podían ser además profesores en la Universidad, en aquellos momentos en manos de clero, bueno y ahora no lo sé, al menos en alguna. Resumen, que un mismo cura o lo que sea, podía atender la Catedral y dar clases en la Universidad: dos trabajos y un solo salario...? No había ley de Incompatibilidades, así que igual más que ahorrar dinero, los amigos se forraban con dos sueldos. Cada uno que piense lo que quiera...

Acabada la visita, y una vez alimentados como decía en El Casino, paseamos por algunas zonas para poder ver las sugerencias de nuestra guía, principalmente el Parador de Turismo, donde una amable camarera nos sirvió unos cafés con pastita incluida en el patio del mismo, muy agradable y recomendable para cualquier tentempié. Desde allí a nuestra casa a descansar y prepararnos para la visita guiada de la tarde que prometía un recorrido por la Alcalá más "canalla".

A la hora en punto y con una temperatura muy agradable que incitaba a pasear tranquilamente, nuestra guía, que era la misma de la mañana, con un mitin algo menos intenso pues no era cosa de repetírnoslo a los cinco, nos explicó la naturaleza del tour. Solo con las primeras palabras ya se veía de que iba el tour: "Alcalaíno, borracho y fino", "Alcalá de Henares, curas, putas y militares".

Así pues, fuimos visitando las zonas donde desde tiempos inmemoriales se estableció la prostitución en la ciudad, que fue variando todo hay que decirlo en función de las necesidad de los mandamases de la misma y en lugares que ahora son zonas residenciales de viviendas inalcanzables en precio para la mayoría de los alcalaínos. Calle de las Damas se llama. También vimos un convento, el de las Recogidas, que al parecer en su día recogió no se bien a quienes, pero podría ser a mujeres de vida ligera.

Desde allí nos dirigimos al monumento de "El Empecinado", bastante poco cuidado, un labrador reconvertido en guerrillero y luego en militar y que ayudó en gran manera a luchar contra la invasión napoleónica en la guerra de la Independencia. Como muchas veces, el pago que se le dio por ello fue ahorcarlo en la plaza de un pueblo, pues en su día se negó a formar parte del séquito del rey Fernando VII, con el que no compartía ideario político. Creo que mucho no han cambiado las cosas, aunque hoy en día el ahorcamiento es en sentido figurado.

Catedral 
Mención aparte en este tour tiene el rey Fernando VII, un artista, que se gano el título de El rey Felón por su traición a sus propios correligionarios, además de la enfermedad que padecía, macrogenitosomía, una hipertofia exagerada de los genitales y un desarrollo tardío de los caracteres sexuales secundarios. Por decirlo fácil, un pene inmenso, con dificultades para el coito, y que solo tras cuatro matrimonios y un invento consistente en un cojín con un agujero en el centro le permitieron tener descendencia, dos hijas, una de ellas Isabel II. Aparte de todas estas circunstancias el hombre era gordo y feo.

Acabamos el tour en la calle mayor, pasando por el barrio judío de la ciudad del que apenas se conservan unos vestigios: una puerta de no recuerdo qué y algunas "mirillas" de las casas de los que tenían negocio en la planta baja y la vivienda en la primera.

Como digo, desde allí y ya con la visita guiada finalizada otra vez en la casa natal de Cervantes, pusimos rumbo a ver el palacio episcopal iluminado (gana algo, pero no tanto) y posteriormente a ver las murallas (o lo que queda) y la Puerta de Madrid de Alcalá que parece ser que está alineada con la Puerta de Alcalá de Madrid. Así dimos por acabado el periplo turístico de la ciudad y nos dirigimos a cenar.

La cena en la referida Cachopería Rusty, en principio diversidad de pareceres: uno o una que quería tomate, otro u otra que quería choricillos a la sidra, alguno o alguna que no quería cachopo a esas horas. Lo único coincidente fue las cervezas, aunque al final, los o las que no quería tomate, se lo comieron, los o las de los choricillos también se los zamparon y cahopo, comimos todos y todas, y no poco, que era de un kilo, y además estaba buenísimo: el queso, el jamón, la ternera y "el rebozo". A dormir que mañana hay que viajar a casa de nuevo.

Tras el reparador descanso, y alguna compra de Maripili, como no, a bordo de nuestro Rocinante enfilamos hacia Zaragoza, comimos algo, llegamos a Villanueva de Sijena, breve descanso y ya sin una parte del grupo, camino a Terrassa donde llegamos sin novedades.

Y esto fue todo, bueno lo que se puede contar y lo que uno recuerda, que hubo mucho más...

viernes, 13 de septiembre de 2024

Verano del 24

Ya bien entrado el mes de julio porque el viaje a Polonia ha sido los primeros días del mes y luego hubo que recuperarse y recuperar las maletas y enseres que habíamos utilizado para el mismo, empieza la aventura veraniega de cada año, con el viaje a Villanueva y la instalación en la casa para las próximas semanas (comprar, ordenar, limpiar y programar actividades).

Una vez cumplidas las obligaciones, el día 18 de julio nos desplazamos a Albalatillo para participar en las fiestas de Santa Margarita. Como casi siempre están sembradas de comidas, almuerzos y cenas y es que parece ser que repartir condumios es una garantía de éxito para los eventos programados.

Fiestas de Albalatillo
Las fiestas se inician con el preceptivo pregón, este año a cargo de María Josefa, una albalatillera que ha hecho toda su vida en el pueblo. Emocionante el orgullo con que lleva ser del mundo rural y emocionante como lo describe. Sin duda lo conoce mejor que nadie y de primera mano. Un fuerte aplauso para ella.

Después el tradicional pasacalles con la charanga con paradas en cada peña para degustar el magnífico melocotón con vino que cada una elabora para la ocasión. En este no puede faltar el "remojón" típico con el fin de que todos vayamos mojados por dentro y por fuera. La verdad es que se agradece. Casi sin tiempo para secarse o hacer el mínimo reposo se pasa a una cena comunitaria en la plaza del pueblo a base de bocadillos de diversas clases, acabando de regar con el tirador de cerveza que la comisión de festejos pone a disposición de todos los vecinos. Normalmente se acaba la noche con música y algún gintónic.

El día siguiente se empieza temprano con el tiro al plato. Acudimos los fijos de cada año, cada vez menos público y menos tiradores a pesar del cebo del almuerzo de tenedor que preparan cada año. Un vermú discreto y a comer con la familia. La tarde, tras la reparadora siesta discurre entre juegos de mesa y algún gintónic antes de la cena. Luego el baile, la charrada con los amigos y de madrugada a descansar.

El día de la Santa, ya se sabe, misa y procesión, vermú y comida con toda la familia para celebrar el santo de mi hermana. Este año nos reunimos unos 16 para los que hubo pica-pica y brasa. Luego poco a poco se fue pasando el día y el siguiente, también repletos de actividades, música, comidas, charradas nocturnas, no sé si algún baile, que creo que no y descansos necesarios.

Fiestas Villanueva de Sijena
Este año, nada más acabar la fiesta volvimos a Terrassa pues nos teníamos que hacer cargo del canguro de Claudia (el Casal donde iba cerraba la última semana de julio) pues sus padres trabajaban hasta finales. Lo cierto es que disfrutamos de ella con sus ocurrencias e ideas que ya empieza a tenerlas.

Desde allí y sin solución de continuidad nos metimos en la Fiesta de Villanueva y tras el preceptivo remojón en la plaza de arriba, la presentación de las mairalesas (este año son solo infantiles...) y el correspondiente pregón, a la Peña a tomar los primeros gintónics o lo que sea, que este año el güisqui ha llevado un buen apretón.

El día siguiente era el día del salmorrejo, por lo que a actividades peñísticas se refiere, aunque también hubo más actividades, como cada año nos eliminaron del campeonato de guiñote, esta vez a la segunda ronda, y el resto de programa que no voy a enumerar de acto en acto.

Como digo entre Marta y Luisa se encargaron de las viandas para el evento y un servidor que cada año hace menos, pues me dejaron preparada la longaniza, la tortilla en trampa, los huevos fritos y los ajos ellas dos, se dedicó a vigilar el guiso. Este año Pili Porta ha estado delicada y aunque hicieron con Pedro el esfuerzo de acompañarnos, no acabó de disfrutarlo. Haremos otro en cuanto te encuentres bien, que es lo que deseamos toda la Peña.

La fiesta fue avanzando, con los eventos más o menos típicos y alguno novedoso y nosotros participamos aunque sea de público en la mayoría de ellos (autos locos, ronda de peñas, traineras, etc.). En lo que sí participamos fue en la cena de alforja que se celebra en la plaza y que cada vez me gusta más pues es una manera de verte prácticamente con todo el pueblo. Aunque personalmente me parece que un poco más de organización en el evento iría bien, creo que en la balanza pesa más el divertimento. Supongo que poco a poco iremos a mejor, porque el deseo sería que se siguiera haciendo.

Corral de comedias de Robres
Durante estos días nos han acompañado en casa Roger, Izarbe y Carlos y en algún momento nuestro nieto nos ha acompañado mientras sus padres estaban a otros entretenimientos. Un par de días también comimos con la familia, por cierto una paella de marisco buena y abundante que encargamos al restaurante Monegros de Sariñena. Ciertamente recomendable.

Una vez acabadas las fiestas oficiales en que participamos en la medida de lo posible vienen los otros festejos que si no existen, nos los montamos nosotros. En primer lugar los cumpleaños, el de María Luisa, que este año le toca número redondo, el de Lourdes, el de José Ramón, etc., en los que siempre cae una cena u otra celebración parecida. Casi todo sucede sentados en una mesa.

También en este periodo pasaron un par de días en casa Mónica, Manel y Claudia, haciendo escala intermedia en su viaje al País Vasco. Aprovechamos para comer con ellos y disfrutar también de su compañía en días de vacaciones.

Y este año no pudo faltar tampoco la tradicional cena en Huesca con motivo de las fiestas de San Lorenzo. Fue en el Fontao, un restaurante gallego en el que cenamos de lujo, a pesar de que como todos este año estaba a tope de personal. La anécdota de este año la protagonizó la lluvia: una tromba que nos tuvo encerrados en el coche durante casi una hora. No había coj..... de salir de dentro. Por suerte pasó y previa compra de paraguas y hasta zapatos cerrados en "un chino" pudimos dar una vuelta.

Cualquier excusa es buena para cenar juntos (los de la peña quiero decir) sea en casa, en la piscina o en el club y por seguir con las cosas irrenunciables durante el verano, Marta nos preparó la caracolada de turno tan buena como siempre y de la que dimos cuenta en la Peña. (O fueron dos caracoladas...)

Museo de Huesca
Y como no solo de pan vive el hombre y la mujer, también dedicamos un espacio al alimento del alma, con eventos culturales y museísticos. Fuimos a visitar una exposición de una pintora/escultora senera, que hizo gran parte de su carrera en New York y ahora en su jubilación se ha vuelto a vivir a Sena donde sigue ejerciendo su profesión y vocación y dispone de una sala de exposiciones en la que atiende gustosamente a los visitantes que recibe.

Aprovechamos la visita al pueblo vecino para ver el museo de oficios, obra de un particular que se deja las cejas y el dinero en mantenerlo vivo y además creciendo en tamaño y elementos expuestos. Todo un viaje a nuestra niñez, pudiendo reconocer aparatos, juguetes, utensilios de casa y del campo y hasta vehículos que nos llevan a esa edad de la vida en donde dicen que están las raíces, o sea la infancia.

También pudimos asistir a un magnífico concierto de alumnos chinos de una escuela de música que creo que por segundo año consecutivo visitan Los Monegros. El evento tuvo lugar en la entrada de la iglesia de Villanueva, donde en un piano de cola nos fueron dejando muestras de la maestría musical que van adquiriendo y también un poco con la boca abierta por las edades y las piezas a las que se enfrentaron.

Todavía hubo más cenas, solo porque sí, sin necesidad de motivos para ellas, a no ser que se considere motivo estar más cerca del lugar de celebración de los gintónics nocturnos que tampoco faltaron este año en las post-fiestas. Por cierto que creo que Marta ha adquirido unos magníficos rabos de toro, que tendremos que comernos antes de que llegue el invierno. Digo yo.

Ya en un plano más personal, también durante este verano hemos podido tener alguna actividad, siempre con mesa después de la misma. Hemos ido a las fiestas de Robres a visitar el magnífico Corral de Comedias que han inaugurado y pasar unas horas con nuestros amigos Antonio y Carmen, a los que recuperamos hace unos años, después de más de cuarenta sin vernos, desde el Seminario de Huesca. Tras la recuperación nos vemos un par de veces al año.

Restaurante Roda de Isábena
En la misma línea, también fuimos a comer en Huesca, después de ver el museo provincial con Marisa y Mariano, un compañero de la Facultad con el que casi hacía treinta años que no nos veíamos, con el que contactamos a través de una iniciativa suya de reunir al equipo de fútbol de la Universidad de la época de estudiantes. En Octubre haremos una comida para la que la mayoría de nosotros estamos tremendamente ilusionados.

Y ya finalizando el verano recibimos a nuestros amigos viajeros (los que han visitado todos los países del mundo mundial) y aprovechamos para enseñarles cosas que no han visto en su larga experiencia viajera, como la Colegiata de Roda de Isábena y sobre todo el espectacular comedor en el claustro, lo que fue el refectorio de los frailes cuando allí existieron. No puedo dejar de recomendar las pochas que me sirvieron.

Así se fue acabando este verano del 24 y aunque la narración del mismo haya dejado cosas fuera seguramente por olvido o porque todo no cabe en una entrada, creo que sí deja una idea más o menos aproximada de como ha ido todo. Pero la fiesta no se acaba, que nos quedan algunas experiencias gastronómicas y sociales más antes de que el frío se apodere del entorno y echemos en falta el calorcito de estos días. 

Por cierto, que como pasa el tiempo, al llegar al trabajo me han dado el catálogo de los lotes de Navidad de este año para hacer el pedido... (Tempus fugit, que diría José Ramón).

martes, 10 de septiembre de 2024

Polonia. Ciudades. Y parte Tres

Buen descanso, buen desayuno y madrugón como siempre, viajar cansa bastante aunque esté compensado con lo que conoces y aprendes. Pues eso, autocar y hacia la próxima parada del viaje.

Catedral de Poznan
Poznan (lo ponen con acento en la última n, pero no se cómo se hace)

Es una ciudad que en su día fue capital de Polonia pues se cree que fue la cuna de la nación polaca en tiempos pasados. Hoy es una ciudad de más de 500.000 habitantes, considerada centro empresarial, académico, científico y cultural con un gran dinamismo: hasta 22 universidades, con más de 100.000 estudiantes y la menor tasa de paro laboral de todo el país.

La primera visita del día es la Catedral de San Pedro y San Pablo, situada en una isla entre ríos, es una de las iglesias más antiguas y la primera Catedral de Polonia. El primer príncipe conocido del país, Miecislao I, se convirtió al catolicismo y fue bautizado en esta isla, por lo que se supone que la catedral se construyó allí. De hecho ha sido reconstruida muchas veces primero fue románica, luego gótica, barroca, neoclásica y finalmente hoy, de nuevo gótica.

Lo que destaca sobre todo es la gran cantidad de tumbas que se acumulan a lo largo de capillas y pasillos, todas ellas de príncipes, reyes y duques como no podía ser de otra manera. Desde allí nos dirigimos a la siguiente parada del tour turístico de la ciudad.

Castillo Real

Se trata del Castillo Real de Poznan, que así se llamó inicialmente, es una construcción relativamente reciente (principios del siglo XX), ordenada por el emperador Guillermo II. Por ser breve, el castillo sufrió bastantes avatares que resumidamente son los siguientes: Fue sede del gobierno, luego en la segunda guerra mundial con la ocupación nazi, residencia de los jefes alemanes. Con la liberación e independecnia de Polonia paso a ser Castillo Imperial, que en los años sesenta del siglo pasado albergó la Universidad de Poznan, para finalmente pasar a ser un museo. En fin, historia viva de la ciudad.

Paseando por las calles de la ciudad llegamos a la conocida como iglesia colegial que se encuentra bien en el centro  de la misma y que gracias a wikipedia se que se llama Basílica de Nuestra Señora de la Ayuda Perpetua y Santa María Magdalena y que es una iglesia parroquial de estilo barroco que fue reconstruida en diversas ocasiones. Y una singular característica de la misma es que la bóveda es plana, aunque debido a la pintura de la misma parece que se tratase de una al uso, o sea abovedada.

Desde allí, callejeando fuimos a dar con un bonito edificio donde se puede apreciar a las 12 del mediodía, si no están en reparación, como fue nuestro caso, un bonito espectáculo: salen unos cabritos de una zona alta del edificio por unas ventanas y se dedican a darse "tozadas". Parece que es algo simbólico de la ciudad. Nosotros gracias a youtube y nuestros móviles lo vimos, no igual pero nos hicimos una idea.

Reloj del Ayuntamiento

Ya cerca de la hora de la comida, y tras hacernos unas fotos en la escultura de los cabritos que está en la plaza delante del edificio, nos dirigimos a la antigua plaza mayor del municipio, que fue en su momento plaza del mercado y una de las más grandes de Polonia (todas estas plazas son una de las más grandes...), rodeada de las casas más suntuosas de la ciudad.

En esta misma plaza se encuentra un edificio de los más  emblemáticos de la ciudad, el Ayuntamiento. Las primeras noticias que se tienen de él es que se inició su construcción a principios del siglo XIV, con sucesivas reconstrucciones los siglos XVIII y XIX y tras ser gravemente dañado durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, se restauró en 1954 eliminando el último piso. Para finalizar la difícil vida de éste en el año 1994 se hizo una restauración integral en la que se volvió a colocar la cúpula que había sido pasto de las llamas en un incendio anterior.

Pues parece que esta ciudad ha salido muy cultural en esta entrada del blog, pero nada más lejos de la realidad, también disfrutamos de las magníficas cervezas de la plaza mayor el día de la llegada, de las no menos estupendas "sopas" de comida y cena en los lugares previstos y de las risas haciéndonos fotos como decía con los cabritos "tociadores".

Parque y Chopin. Varsovia

Se me pasaba por alto y espero no equivocarme de ciudad, pero en la plaza del ayuntamiento también pudimos degustar una excelente cerveza con miel en una terracita y a modo de vermú. Pues desde aquí marchamos a nuestra próxima etapa que ya cerraría el periplo por tierras polacas, la capital del estado: Varsovia.

Varsovia (Warszawa).

Llegamos por la tarde al hotel, que por cierto estaba cerca del aeropuerto pero lejos del centro de la ciudad. Para suplir las ganas de salir que todavía mantenemos intactas a estas alturas del viaje después de una cena a base de "la innombrable", nos dimos la vuelta por una zona de ocio, un pelín rarita, en la que pudimos tomar unos mojitos y alguna cerveza y una especie de "yoquesé" de color amarillo-bilis que alguno se atrevió a probar.

A la mañana siguiente la primera visita del día en la capital de Polonia, ciudad de casi dos millones de habitantes y hasta tres si contamos toda su área metropolitana, fue el Parque de los Baños Reales de Varsovia, donde se encuentra instalado un monumento con una magnífica estatua de Chopin, ilustre hijo de la ciudad en que creció, pues nacer lo hizo en Zelowa Wola, una aldea a unos 50 kilómetros de la capital. No obstante en cualquier lugar o zona de la ciudad se respira Chopin.

Después de un breve paseo por el parque y de escuchar alguna de las piezas más conocidas del compositor, que suenan solo tocar un pequeño botón en uno de los bancos que rodean el monumento, nos dirigimos en autocar hacia el Gueto de Varsovia.

En la actualidad de este apenas quedan los restos del impresionante muro que rodeó el lugar donde se mantuvo encerrada a la población judía de Polonia, un pequeña sinagoga que sobrevivió a la posterior destrucción y los monumentos que rinden honor a la memoria de los que allí cayeron.

Monumento Gueto de Varsovia

Porque hay que decir que allí murieron en lo que fue la primera revuelta contra los nazis por parte del colectivo de los judíos unos 15.000 habitantes y cerca de 35.000 fueron deportados a Treblinka. Anteriormente a este acontecimiento el gueto tuvo unas 400.000 almas, casi un 30% de la población Varsovia, pero que en los dos o tres años de duración del mismo, fueron diezmándose por el hacinamiento, la enfermedades y el hambre, antes de ser deportados, pues el objeto de este fue que sirviese de paso intermedio previo a la deportación a los campos de exterminio.

Con el consabido "mal cuerpo" que te dejan estas historias, sobre todo cuando te las cuentan sobre el terreno, es decir recordándote los lugares exactos donde estaba una cosa u otra o donde sucedió una historia u otra, nos dirigimos hacia el centro de la ciudad para seguir con nuestra visita programada.

Esta pasaba por diversa callejuelas del centro histórico, donde te ofrecían entradas para infinidad de conciertos de Chopin en iglesias o en centros culturales, incluido algún teatro. Así como digo llegamos a la plaza mayor donde se encuentra una sirena con una espada y un escudo que es el emblema de la ciudad en la actualidad.

Según la leyenda popular el nombre de la ciudad viene de un pescador que se llamaba Wars y su mujer, una sirena que se llamaba Sawa, con lo cual ya tenemos nombre y emblema para la ciudad en la misma leyenda, matando dos pájaros de un tiro: Varsovia y Sirena.

Guerra a la sopa

Desde allí nos acercamos paseando con bastante calor todo hay que decirlo, y por una zona de puertas y puentes bastante bien conservados a la casa donde vivió y creo que trabajó la Premio Nobel Madame Curie. Las chicas por aquello del feminismo que se llevan entre manos se fueron a hacer una foto que dejase constancia de su paso por allí. José Ramón y un servidor fuimos más prudentes (y menos feministas) y nos mantuvimos alejados de allí porque con lo que experimentó la referida, seguro que todavía quedaban restos radiactivos por el ambiente y alrededores de la casa.

Finalmente, fuimos a comer a un lugar que había seleccionado para celebrar mi cumpleaños con la intención de declararle la guerra a la sopa, cosa que así fue, pues entre las viandas que consumimos había unos buenos costillares al horno y diversas ensaladas. Pero amigos, la dicha nunca acaba de ser completa y uno de los nuestros se pidió una sopa, bien disfrazada pues estaba metida dentro de un pan de kilo, pero a la postre sopa. Resumen: gane una batalla, pero perdí la guerra, la sopa siempre nos acompañará en el recuerdo del viaje a Polonia.

La tarde ya se hizo algo lenta, a parte de por la digestión paseando por las calles de Varsovia porque teníamos cita fija para volver al hotel en autocar y había que recoger las cosas para el día siguiente tomar a primera hora el vuelo que nos devolvería a Zaragoza.

El viaje de vuelta bien, en el vuelo Varsovia-Zaragoza-Madrid, aunque la recogida de maletas en la capital del Ebro, fue un pelín lenta y lamentable pues al parecer nuestros guías ya advirtieron en la facturación de Varsovia que no lo estaban haciendo bien. Acertaron. Todas las maletas tenían en su etiqueta de destino Madrid. Anécdota final que no enturbió para nada el viaje.


domingo, 8 de septiembre de 2024

Polonia. Ciudades. Parte Dos

Como corresponde tras un descanso perfecto, desayunamos de manera bastante copiosa y después de poder observar a algun@s de los compañeros de viaje comportarse algo impresentablemente, nos dirigimos al autocar para llegar al nuevo destino del tour.

Auschwitz-Birkenau
Auschwitz-Birkenau

No se me ocurre ni como empezar a hablar de este destino, que siendo imprescindible en el viaje, se hace bastante cuesta arriba por lo que significa hoy en día, lo que significó en su día y esperemos que para generaciones venideras signifique algo también.

Lo cierto es que desde el momento que llegas se respira un ambiente algo tenso, con un silencio que no recuerdo de ninguna visita a monumento alguno de los que he podido ver en el mundo, si exceptuamos la zona 0 de N. York después del 11-S. Luego hablar de este campo de concentración y de exterminio se hace difícil pues seguramente todo está ya dicho.

Lo que puedo decir es que todo es impactante, las estancias, los exteriores, las zonas de exterminio, etc. A mi personalmente me dejó en fuera de juego ver todos los restos biológicos (pelo principalmente), los zapatos, las maletas, las prótesis, etc, que se conservan a modo de museo en algunas de las salas. No es que no me impactaran las cámaras de gas y los crematorios, pero eso me lo esperaba.

Y ya haciendo un poco más de reflexión, que esto que ocurrió en aquel tiempo no haya calado más en la población. Algo se ha explicado o se explica mal de todo aquello a nuestra sociedad o bien la capacidad de olvidar del ser humano es altísima, sino no se entienden estos auges actuales del ideario que llevó a esta catástrofe. En fin... 

Plaza del Mercado. Wroclaw
Después de la visita acudimos a tomar un refrigerio, que por volver un poco al tono de estas entradas estaba compuesto por una sopa y otro plato totalmente inidentificable. Yo pude descubrir una food-track o como se llame, cerca del aparcamiento y me comí un magnífico "bikini" de jamón y de queso. Me supo a gloria aunque la verdad es que no mataba.

Breslavia (Wroclaw)

El viaje hasta Breslavia, la siguiente parada de nuestro periplo fue bastante tranquilo, sin prisas pero sin pausas llegamos a nuestro hotel, bastante céntrico hay que decir y tras las consabidas gestiones de ingreso en el mismo, sin perder demasiado tiempo nos lanzamos a descubrir una ciudad preciosa y además a primera vista muy bien cuidada, cosa que pudimos comprobar que así era también el día siguiente.

La ciudad, una de las más importantes de la Polonia medieval, fundada en el siglo XI con un desarrollo muy potente sobre todo por la presencia de una diócesis católica, ha sufrido avatares diversos hasta la actualidad. En el siglo XIV se convirtió en germanófona, a pesar que allí se conservaban los primeros incunables en polaco, hasta que en el siglo XV pasó a formar parte del Ducado de Austria, para finalmente en el siglo XVIII ser incorporada al imperio alemán convirtiéndose en la sexta ciudad de Alemania. 

Por finalizar esta explicación, acabada la II Guerra Mundial en que fue duramente asediada, tras los acuerdos de Postdam, se convirtió de nuevo en ciudad polaca y toda la población germana fue expulsada, repoblándose con polacos de otras zonas y ucranianos emigrados tras la contienda.

Cata? de cervezas
Ya en la historia más reciente (1981) nació un movimiento en la ciudad que se llamó Alternativa Naranja, inspirado en corrientes artísticas pero que acabó convirtiéndose en una forma de protesta contra el comunismo. Primero fueron carteles con dibujos de gnomos con el sombrero de color naranja y posteriormente esculturas pequeñas de los mismos ataviados con vestidos y enseres de todos los oficios (profesores, médicos, escritores, trabajadores de la construcción, funcionarios, pintores, militares, etc. etc.) que significaban el apoyo anticomunista de toda la sociedad. Hoy en día son más de trescientos y uno de los entretenimientos turísticos es tratar de localizarlos todos en un mapa que te proporciona la propia oficina de turismo de la ciudad.

Pues dejando ya un poco la historia y después de la preceptiva cena con sopa, puesto que no nos daba tiempo de ir a un fuente iluminada en un famoso porque cerraba temprano, decidimos ir a pasear por las zonas ya visitadas a la tarde, principalmente la plaza del mercado, centro neurálgico de la ciudad, donde había un ambiente festivo excelente, con mucha gente en la calle, y eso que era miércoles.

Después de algún debate sobre por dónde y a dónde ir, un clásico en nuestros viajes, alguno se mosqueó, poca cosa por eso, y se fue de paseo por otra calle distinta a los otros. Total para volver a juntarnos todos otra vez en menos de quince minutos. La llamada de una buena cerveza en una buena terraza es algo que en este grupo une más que la cola de carpintero.

Y lo cierto es que las cervezas estaban buenas y te permitían de una sola consumición probar varios de los muchos tipo que tienen en este país. Dejo constancia gráfica de lo dicho.

Bien reconfortados y después de hacer algunas fotos a unos pocos gnomos que nos fuimos encontrando, volvimos al hotel a descansar, pues el día siguiente ofrecía visita guiada por la ciudad.

Ayuntamiento al fondo
Tras el ritual del desayuno y traslado en autocar desde el hotel al lugar donde comenzaba la ruta a pie, previa comprobación que los impresentables sean de donde sean no mejoran en un día, a instancias de nuestro guía comenzó el concurso de ver quien descubría más gnomos en el paseo. Yo, y creo que nuestro grupito nos dedicamos a verlos y admirar el arte que tenían los autores, pero sin contarlos... total el premio era una comida con sopa de primero...

Durante el paseo por la zona antigua y muy cerca de la iglesia de la Virgen María, el Seminario y la zona de al lado del río, comenzó a llover con cierta intensidad, lo que nos permitió conocer un mercado de abastos bien interesante, aunque en realidad la intención de la visita al mismo era protegernos de la lluvia.

Después visitamos la zona de la Universidad y un edificio adyacente que sirvió en su tiempo de prisión y centro de torturas destinado a los que no tenían claro cual era la fe verdadera. Con el tiempo nublado pero ya sin lluvia y por unas pintorescas callejuelas, llegamos a la plaza del Mercado, donde a parte de todos los edificios que la rodean excelentemente conservados pudimos ver el espectacular ayuntamiento de la ciudad.

Comida reparadora con sopa, no me cansaré de decirlo, fue casi como una tortura, y tarde libre para seguir visitando todas las iglesias, monumentos y resto de atracciones que la ciudad ofrece, sin prisas pero también sin parar un momento, hasta la hora de cenar donde como un día de la marmota todo vuelve a repetirse: sopa e impresentables.

Antes de retirarnos a descansar, aún nos dio tiempo de "echar un arranque", alguna café, otra un "licor típico" de la zona y el resto gintónics, que estaban bastante buenos. Mañana ruta hasta Poznan, centro industrial y académico de la actual Polonia.

martes, 3 de septiembre de 2024

Polonia. Ciudades. Parte Una.

Este viajecito en compañía de Marta, José Ramón y María Luisa, junto con Pili y un servidor fue cambiando de fechas de manera diversa y variada hasta el punto que tuvimos que modificar fechas de la escapada a la Costa Brava, y como colofón el último cambio en la hora de salida del vuelo desde Zaragoza a Cracovia. Esta variación hizo que nos juntásemos todos en Villanueva de Sijena, para desde allí y para evitar mayor problema en la huella de carbono en un solo coche nos dirigimos al aeropuerto de la capital maña para tomar como digo vuelo rumbo a Cracovia.

Cracovia

Cracovia. Plaza Mercado
Tras un viaje bastante plácido aterrizamos en el aeropuerto Juan Pablo II (un mito en esta ciudad), donde nos entretuvieron lo suficiente para llegar al hotel, hacer el check-in y tener ya la gana de comer hecha. Hay que decir que el hotel estaba lo suficientemente cerca del centro para en un paseo de 15 minutos que si no fuese por las obras incluso era menor, nos plantásemos en la Plaza del Mercado, la más grande de Europa y con una oferta hostelera ilimitada.

Como digo, no perdimos mucho tiempo en evaluar la oferta y en el primer lugar que vimos a nuestro parecer aceptable, nos sentamos y con unas cervezas, algo de pasta, alguna empanada de pollo con patatas fritas y un par de ensaladas César colmamos nuestras primeras necesidades en la ciudad. Sin salir de esta plaza que data del siglo XIII y tiene más de 42.000 metros cuadrados, podemos ver ya la torre del Ayuntamiento uno de sus monumentos más emblemáticos junto con la conocida como Lonja de los Paños, antiguamente centro de trueque y de comercio de la ciudad y en la actualidad más de comercio turístico.

Allí pudimos echar un primer vistazo a lo que son las tiendas para turistas de la ciudad, aunque como se trataba del primer día, decidimos volver al hotel, pues no muy tarde teníamos la cena ya concertada y después de los avatares del primer día de viaje estábamos algo cansados. No obstante nos dio tiempo de jugarnos la vida atravesando un puente sin semáforos, sin pasos de peatones y con vallas por las obras. El premio de  conseguirlo fue un magnífico plato de sopa en la cena (sería el primero de muchos...).

Cracovia. Castillo
Tras un descanso reparador y un desayuno bastante completo aunque demasiado temprano nos dirigimos al autocar que nos llevaría a la primera visita organizada del viaje por las calles de Cracovia. Ya en el primer transporte empezamos a poder apreciar el talante del personal que nos tocaba en el grupo. Supongo que ellos también se percataron del nuestro. Por cierto que la lluvia se empeñó en acompañarnos durante este trayecto, no con mucha intensidad pero sí sin parar salvo en contados momentos.

Los previsores habían llevado paraguas y algunos una prenda textil que servía de chubasquero. La primera parada larga después de pasar por varias iglesias y monumentos de la ciudad, muchos de ellos con referencias como decía al principio al mito local, el Papa Juan Pablo II, fue el Castillo de Wawel, que así se llama por estar situado en la colina del mismo nombre. Fue mandado construir en el siglo XIV por Casimiro III el Grande.

Alrededor del edificio central del castillo se fueron construyendo numerosas estructuras destinadas a artesanos, militares, clérigos y en general para el personal que daba servicio al castillo. Fue residencia de los reyes de Polonia y símbolo del propio estado y en la actualidad dispone de un museo en el que pueden verse pinturas italianas del Renacimiento y algunos textiles de diverso valor, entre ellos la colección de tapices Segismundo II Augusto, de cuya existencia un servidor no tenía ni puñetera idea. Hoy es patrimonio de la Unesco con todo el centro de Cracovia.

Cracovia. Basílica Santa María
Ya con el tiempo más despejado, aunque no del todo pues alguna carrera para refugiarnos de la lluvia tuvimos que darnos, en la misma plaza se encuentra la Basílica de Santa María. Se trata de un monumento construido en el siglo XIV, como digo en uno de los laterales de la plaza.

La fachada se encuentra flanqueada por dos torres de diferentes alturas. La torre más alta está decorada con una corona dorada y en el pasado funcionaba para informar con una trompeta sobre la apertura y cierre de las puertas de la ciudad además de los incendios y en su caso de los ataques enemigos.

En su interior destaca un retablo de madera del siglo XV con más de 200 figuras talladas que, con 12 metros de longitud, es el más grande de toda Europa.

En la actualidad la trompeta suena cada hora desde la torre aunque la melodía interpretada se ve bruscamente interrumpida en recuerdo del trompetista que fue asesinado cuando trataba de alertar a los ciudadanos de la invasión de la ciudad.

Tras la visita fuimos a dar cuenta de una reparadora comida a cubierto, no había dejado de llover y pese a que algunos habían comprado paraguas se agradecía ponerse a cubierto. Por cierto que a alguno le reparó la magnífica sopa que nos sirvieron.

Esa misma tarde, nos dirigimos a las minas de sal de Wieliczka en la ciudad del mismo nombre en el área metropolitana de Cracovia. Se trata de unas minas explotadas desde el siglo XIII y parece ser que hoy día todavía siguen produciendo sal de mesa.

Cracovia. Minas de Sal
Las minas tienen una profundidad de más de 300 metros y su longitud parece que puede llegar a los 300 kilómetros. Lo cierto es que la visita turística apenas sobrepasa los 100 metros de profundidad, lo que viene a ser unos 800 escalones de bajada no especialmente angostos como en principio podría parecer.

A lo largo del recorrido se van pasando por diversos pasillos y espacios decorados con magníficas estatuas de sal, que van desde las puramente artísticas a las que van enseñando los oficios y las situaciones que se vivían en aquellas minas en los siglos pasados. Una de las zonas más espectaculares del recorrido es una especie de basílica decorada íntegramente con figuras de sal y que dada la superficie de la misma se presta para celebraciones religiosas, bodas principalmente, si dispones del suficiente poderío económico como para alquilarla. Barato no es. Ah! y por cierto la subida se hace en montacargas...

Después de un breve camino de regreso nos acercamos al hotel donde pudimos reponer fuerzas y disfrutar, como no, de un magnífico plato de sopa. Otra noche sin primer plato que me quedo...

Tras el reparador descanso y un desayuno bien aceptable, iniciamos la jornada en Cracovia con una visita guiada a una de las zonas que más fama le han proporcionado a la ciudad. Se trata del barrio donde se encontraba enclavada la fábrica de Schindler, empresario que a la postre consiguió salvar de una muerte más que segura a muchos de sus trabajadores judíos en la época del III Reich.

Cracovia. Barrio judío
En las puertas del edificio principal se encuentran las fotografías y los nombres de todos los trabajadores de la fábrica que consiguieron escapar de aquel despropósito, como homenaje al empresario que lo hizo posible.

Después de un paseo no especialmente largo llegamos al barrio judío, completamente integrado en la ciudad y donde pudimos visitar la sinagoga, especialmente pequeña me pareció, en comparación con otras que he visitado.

Desde allí mismo pasamos también a visitar el cementerio judío también bien integrado en la ciudad y donde pudimos ver uno de los ritos ancestrales que celebran los creyentes ortodoxos, todos de negro con el famoso traje y sombrero y las barbas cortadas a su estilo. Creo que realmente era una ceremonia y que no se trataba de ningún atrezzo para turistas.

Después de la sopa pertinente en la comida, a estas horas del viaje aún me sorprende con el desconocimiento de que iba a ser así todo el recorrido, bueno al final le puse remedio. Como digo tras el ágape dispusimos de tiempo libre por la tarde, que nos dedicamos a revisitar algunas de las zona de los aledaños del castillo, que se quedaron fuera de la ruta guiada.

Tras alguna anécdota con el idioma que nos obligó a zamparnos un litro de cerveza a cada uno nos volvimos al hotel, donde había sopa para cenar (qué raro!) y a descansar que el próximo día de viaje promete emociones.

martes, 16 de abril de 2024

Bretaña y las Islas del Canal. Y parte Cinco

Nos despertamos, como casi siempre a buenas horas, o sea temprano y tras hacer el "check-out", por cierto que tenían todo el sistema informático estropeado, con el coche en la misma puerta del hotel, cargamos nuestro equipaje y nos dirigimos a nuestra próxima parada en territorio galo que no era otra que la ciudad de Burdeos (Bordeaux), expreso deseo de Pili en esta aventura.

Catedral 
Bordeaux

Estábamos a unos 650 kilómetros de nuestro destino, y la intención era llegar a comer, así que cogimos la ruta con gran interés y buena marcha. Por fortuna para los viajeros, el transporte también necesita alimentarse de gasolina, a casi, 2,20 euros/litro, con lo que aprovechamos la parada para poder desayunar algo en la misma estación de servicio. Todo muy rápido y hasta frugal.

Desde allí, como digo a buen ritmo, fuimos desgranando kilómetros que poco a poco nos acercaron a una de las regiones vinícolas más importantes de Francia y casi diría yo, que del mundo, o eso es lo que seguramente piensan todos los nativos de la comarca, y claro esto hace que sus vinos los vendan a precios prácticamente imposibles para la mayoría de los mortales. No obstante hay que decir que con un poco de paciencia y sin grandes esfuerzos se pueden beber buenos caldos a precios aceptables (bueno siguen siendo algo caros).

A la hora de comer, un pelín pasada para los franceses llegamos a la ciudad. Aparcamos en un céntrico y profundo parking (planta -6) y nos dirigimos con las maletas a un no menos céntrico hotel. No era profundo gracias a Dios pero sí un poco hippie, y con un cierto encanto, todo hay que decirlo. Otra vez buena elección del jefe de operaciones.

También en un céntrico restaurante, al lado de todo, parking, hotel, etc..., conseguimos que nos diesen una buena comida, sobre todo porque nos costó un poco más de lo habitual entendernos con el camarero, hasta el final que nos dijo que hablaba aceptablemente castellano. ¿De qué nacionalidad debíamos hacer pinta los cuatro viajeros...?

Vidrieras de la Catedral
Tras un muy breve descanso postprandial, o sea siesta, nos fuimos a ir conociendo algo de lo que es la ciudad, pues está claro que en una tarde por muy ajustado que vayas no da tiempo de verla. En cualquier caso ayuda la ubicación del alojamiento pues en pocos minutos y por una calle peatonal que solo circula un moderno tranvía, llegamos a la plaza de la Catedral, donde se halla ubicada la misma. Se trata de la Catedral de San Andrés de estilo gótico, que es la iglesia más importante de la ciudad y desde 1998 forma parte del Patrimonio de la Humanidad.

Desde allí, primero por la calle Pasteur y girando luego por la de Victor Hugo accedimos a la Puerta de la Grosse Cloche, que se trata de una campana del siglo XVIII de 7,75 toneladas de peso, ubicada sobre una antigua mazmorra para jóvenes y que hacen sonar en ocasiones especiales, que bien no sé cuando son.

Paseando por callejuelas estrechas y algo enrevesadas, llegamos a la conocida como Porte de Cailhau, un monumento de finales del siglo XV que recuerda un castillo y que fue durante muchos años la puerta de entrada principal a la ciudad. Aquí nos hicimos una foto con Pili para enviarla a Izarbe y Carlos que poco tiempo antes en su visita a la ciudad nos habían enviado ellos.

Luego paseando por el muelle Richelieu llegamos a la Puerta de Borgoña, que se construyó en 1750 como entrada simbólica a la ciudad: se trata de un arco de piedra de estilo romano.

Justo frente a esta puerta se encuentra el Puente de Piedra, monumento emblemático de la ciudad, ya que fue el primer puente que atravesó el río Garona y que mandó construir Napoleón I entre 1810 y 1822, al parecer con no pequeñas dificultades por las corrientes del agua en esa zona. Tiene 17 arcos, según parece porque 17 son las letras que componen el nombre de Napoleón Bonaparte. No tuvimos tiempo de pasarlo, en principio era nuestra intención, y desandando el muelle Richelieu nos dirigimos hacia la plaza de la Bolsa, un enclave espectacular con edificaciones del siglo XVIII básicamente y que en su centro dispone de una magnífica fuente, así como un espejo de agua, que hace las delicias de todos los fotógrafos que por allí se dan cita, los profesionales y los aficionados. Lástima que en el momento que la vimos, la zona de agua estaba vacía y no pudimos dar rienda suelta a nuestras habilidades fotográficas.

Porte de Grosse Cloche
En un abrir y cerrar de ojos y por singulares callejuelas llegamos a la Plaza del Parlamento, al parecer punto de encuentro de jóvenes de la ciudad, que está rodeada de múltiples terrazas de establecimientos de hostelería, y que por cierto aprovechamos la ocasión para tomar un refresco y reponer líquidos, tarea importante cuando viajas y caminas más de la cuenta.

Ya con las pilas justas seguimos caminando por zonas de calles antiguas y algún boulevard más moderno para llegar a la plaza de "La Comedie", donde se encuentra el Teatro de la Ópera de Burdeos, con una fachada de 1780 y en la que aparte del "Bel Canto" se ponen en escena espectáculos de música y de danza. En la misma plaza se encuentra instalada la llamada "Sculpture Sanna", obra de Jaume Plensa, que también tiene en otras ciudades del mundo esculturas más o menos similares.

Este fue el final de nuestro tour turístico improvisado, pero menos, de la ciudad de Burdeos. Por una calle peatonal y bastante comercial, con tiendas de todo tipo de marcas, pijillas y no, regresamos al hotel, donde Mayte y Pili se quedaron a descansar mientras Enrique y un servidor fuimos cenar algo, que no es bueno perdonar refrigerios.

Después de un merecido descanso y tras un aceptable desayuno, recogimos los bártulos y nos metimos en camino de regreso a casa, eso sí con el correspondiente atasco de una gran ciudad en hora punta y con la intención de llegar pronto a destino.

Plaza de la Bolsa
Como sí o sí había que comer algo antes de llegar a casa, aprovechamos para visitar un sitio singular, que ahora nuestros amigos y compañeros de viaje han decidido poner entre sus objetivos de conocer mundo, y que no era otro que Llivia, un enclave español (o catalán) que se encuentra incrustado en pleno territorio francés. Aprovechamos para ver la farmacia más antigua del país y de paso también degustar uno de los magníficos condumios que preparan en Cal Cofa.

Desde allí, el viaje hasta Manresa ya se hizo breve y llevadero, dando por finalizado el mismo en el momento en que pusimos el pie en tierra. Pero la aventura no acaba aquí, quedan las fotos, los comentarios, y las risas de los recuerdos de lo vivido... Es lo que tienen estas actividades viajeras.

Por ponerle fin a esta crónica apresurada, queridas paredes, agradecer a Mayte y Enrique su compañía, la organización del viaje, la paciencia en momentos, agradecer a la Porsche que haga vehículos tan cómodos y eficientes, agradecer a los franceses, que aún siendo como son, la inmensa mayoría nos trató adecuadamente, y por fin agradecer al que controla el tiempo, que salvo alguna gota nos permitió hacer las visitas secos y sin mojarnos.

100 contra 10.000. Más que una comida

Año 1976 Maza, Benedicto, Atarés (Albalatillo), Leciñena (Pelarda), Del Valle, Ojeda, Frauca (Jabalí de Peñalba), León, Rojas (Waldo), Franc...